La expresión “dejar huella” es positiva, pero la cosa cambia si hablamos de carbono y contaminación. Casi todos somos ya conscientes de la necesidad de reducir nuestra huella de carbono, ¿pero podemos saber exactamente hasta dónde llega la de nuestras actividades? ¿Qué debemos hacer para reducirla?
Responder a estas cuestiones cobra especial importancia cuando organizamos un evento multitudinario, gestionamos una empresa o somos asociaciones o colectivos que aglutinan a muchas personas y que, por tanto, impactan más en el medio ambiente.
Examínate
La Unión Europea exige a las empresas desde 2022 un informe con sus planes de sostenibilidad y reducción de emisiones. Es necesario contar con alguien que sepa elaborarlo, y ese alguien es ABSORBE CO2, una empresa capaz de medir la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) analizando cada movimiento, proceso de la cadena de valor de tu organización o fabricación de un producto.
ABSORBE CO2 mide la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) analizando cada movimiento, proceso de la cadena de valor de tu organización o fabricación de un producto
En ABSORBE CO2 elaboran un plan con el cálculo de la huella de carbono y, en caso de que fuera necesario (casi siempre lo es), proponen un minucioso plan para reducirla. Ofrecen, incluso, un sello de reconocimiento medioambiental que certifica el esfuerzo realizado.
Pero hay más: ABSORBE CO2 lo reinvierte todo en proyectos de reforestación y restauración de zonas degradas o áreas incendiadas con actuaciones clave, que aspiran a recuperar ecosistemas generando así nuevos pulmones para el Planeta. “Dividimos los estudios en tres fases, que llamamos Alcances, para tener una radiografía exacta de las emisiones”, nos cuenta Jose Aguilar, CEO de ABSORBE CO2. “En el primero medimos las emisiones directas de GEI en hornos, calderas, vehículos y hasta aires acondicionados. En el Alcance 2 analizamos las emisiones indirectas, normalmente asociadas a la electricidad consumida. Y, por último, en el Alcance 3, medimos el resto: emisiones generadas por la extracción y producción de materiales adquiridos por la organización, los viajes de trabajo o el transporte de materias primas por terceros”. Se trata, en resumen, de saber qué huella directa o indirecta deja cada una de nuestras acciones.
ABSORBE CO2 ha liderado importantes proyectos de absorción de carbono y ayuda a compensar la huella de carbono
ABSORBE CO2 ha liderado importantes proyectos de absorción de carbono, muchas veces con estratégicas alianzas público-privadas tanto en España como a nivel internacional, compensando la huella de carbono con los proyectos de absorción para que las empresas sean Net Zero emisiones. Dar un paso más es necesario no sólo por las normativas europeas, sino también por las ordenanzas municipales que exigen planes de movilidad sostenible en eventos y centros de trabajo, informes de huella de carbono en las empresas y certificados medioambientales de nuestras acciones o productos. Por eso es vital ir de la mano de proyectos como ABSORBE CO2, para saber a ciencia cierta todo lo que estamos haciendo y cómo hacerlo mejor.
Créditos de Carbono
No es fácil borrar de un plumazo la huella de carbono de una empresa. Por eso, ABSORBE CO2 apuesta con fuerza por los créditos de carbono (su presidente ejecutivo es Germán Alcayde Fort, experto en el mercado de compraventa de créditos de carbono), que permiten compensar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) con proyectos de mitigación como, por ejemplo, la reforestación, con beneficios adicionales como la preservación de la biodiversidad o la mejora de la calidad del aire.
De colores
Llamamos “carbono verde” al retenido por los bosques, crucial en la reducción del CO2 atmosférico. Es la famosa fotosíntesis: las plantas capturan CO2 y lo incorporan a sus tejidos liberando oxígeno. Los proyectos de reforestación son básicos para que se retenga, de forma natural, el exceso de carbono. El “carbono azul” se acumula en ecosistemas costeros y marinos como manglares, marismas saladas o praderas marinas. Lugares que almacenan carbono durante miles de años, súper eficientes “sumideros de carbono” que además protegen las líneas costeras, mejoran la calidad del agua y sostienen la biodiversidad marina. Cuidado: están desapareciendo con rapidez y su conservación es urgente.
