Sí: también hay problemas en el paraíso. Los Países Bajos tienen una seria carencia de aparcamientos para bicicletas y, por ello, los arquitectos se devanan los sesos en busca de soluciones imaginativas para que las ciudades no sean un caótico mar de bicis aparcadas en cualquier esquina.
"Nuestro objetivo era organizar las bicicletas de un modo no sólo ordenado, sino también atractivo", explican a Ciclosfera Silvian van Tuyl y Wytze Patijn, del estudio de arquitectura holandés KuiperCompagnons. Fue Patijn, director del estudio, el que encontró la inspiración en la viñeta de un periódico para dar forma a la que ha sido bautizada como The Bicycle Apple, la manzana ciclista. Un aparcamiento en altura inaugurado en agosto de 2010, con capacidad para 970 bicicletas y ubicado en Alphen aan den Rijn, una ciudad de 70.000 habitantes al oeste del país.
Abierto y acogedor… pero insuficiente
"Tanto para el diseño como para los materiales del Bicycle Apple", cuentan sus creadores, "buscamos algo atractivo y funcional a la vez". Su presupuesto era modesto, lo que añade aún más mérito al resultado final, una estructura de 15,5 metros de alto con un diámetro de 27,5. "Las vigas de acero y la fachada de malla de alambre transparente, que cuenta con una decoración alegre, confieren al edificio un carácter abierto y acogedor", señalan sus autores. "A primera vista puede parecer simple, pero al mirarlo de cerca ningún detalle de esta estructura tridimensional parece ser el mismo".
Antes de ser construida, la Unión de Ciclistas advirtió de que sería insuficiente: estaban en lo cierto.
La mayoría de los habitantes de Alphen aan den Rijn acogieron la infraestructura con los brazos abiertos desde el primer día. "La gente está orgullosa de que la manzana ciclista tenga un lugar tan prominente en la ciudad. Es un hito". Pero, como siempre, no todo el mundo vio el lado positivo. "Incluso antes de que se construyera, la rama local de la Unión de Ciclistas advirtió que la capacidad no sería suficiente. Sus propios recuentos muestran que, lamentablemente, estaban en lo cierto", reconocen los arquitectos. "En septiembre de 2013 los voluntarios contaron 1.267 bicicletas aparcadas. Así que la instalación se llenó en un 130,6%".
La manzana ciclista fue galardonada en 2012 con el prestigioso premio Staalprijs, que reconoce a los proyectos más innovadores de Holanda. Del mismo modo, estuvo presente como uno de los seleccionados en la primera Bienal de Arquitectura Ciclista, que se celebró este mes de junio en la capital del país. Dos grandes honores para sus autores que, en su opinión, demuestran que todo el proceso de su creación se llevó a cabo "con amor y la máxima dedicación". Salta a la vista.