Cultura ciclista

'Máquina de optimismo': editorial de Ciclosfera #41

Pasó el verano. Volvió la normalidad y, para algunos, también el abatimiento por la vuelta a la rutina. Y con ella innumerables noticias que presentan una realidad calcinada por meses de guerra, incendios y calores sofocantes. En los medios, en las caras de la gente o en los foros digitales, casi un único mensaje de angustia, enfado y, en definitiva, miedo.

Cuando busques un remedio, es probable que en esos mismos canales te receten comprar un nuevo coche eléctrico o comunicarte con un teléfono de última generación. Pero… ¿y si el primer paso hacia la confianza y la alegría fuesen precisamente el ser menos dependientes? ¿Y si la felicidad, la humanidad, estuviesen en el reencontrarte de frente con tu entorno y contigo mismo?

No creemos que la respuesta esté en una pantalla, una red social o fanfarronear a través de un medio de transporte: quizá el primer paso hacia el optimismo sea mucho más saludable, sencillo y barato de lo que te cuentan. Quizá consista en volver a estar en contacto directo con el aire, el sol y las personas que te rodean. Quizá se base, en resumen, en simplificar y pedalear.

"Para nosotros, algunas respuestas siguen estando en la bici. Porque desplazarnos en ella supone algo parecido a recuperar la infancia"

Porque para nosotros algunas de las respuestas siguen estando en la bici. Porque desplazarnos en ella supone algo parecido a recuperar la infancia, seguir viviendo en vacaciones, meditar, reflexionar y hablar con nosotros mismos. Por eso, y por mucho más, seguimos apostando por ella para viajar, para ir y volver del trabajo o, como en este especial Freestyle, para dialogar de una forma original y creativa con la ciudad.

En una época de incertidumbre, tenemos una certeza: la bicicleta, a través de sus muy diversas caras, sigue enamorando y fascinando a personas de muy diferentes edades. Porque es arte. Alegría. Esfuerzo, tenacidad y optimismo.

¡Pura Vitamina Bici para seguir adelante!