Mejores infraestructuras
Está claro: cuantas más facilidades haya, más gente se animará a ir en bici. Con carriles bici que den más seguridad a los menos experimentados, por supuesto, pero también con aparcamientos callejeros seguros y vigilados, con un transporte público compatible con las bicicletas para fomentar la intermodalidad… ¡Políticos del mundo, ayudadnos!
Mejor presencia en los medios
Primero fue en las páginas de sucesos, para hablar una y otra vez de los presuntos peligros del ciclismo urbano. Después, en la sección de moda: la bicicleta se convirtió en un complemento más, en una hermosa máquina que quedaba muy bien en las fotos. Pero no es suficiente: echamos en falta en los medios generalistas una mirada más seria y completa del ciclismo urbano: que se difunda, y valore, su papel fundamental como el vehículo perfecto para las ciudades del presente y el futuro y se loen sus virtudes para una mayor salubridad pública.
Que los políticos apuesten por la bicicleta. Que los ciclistas respetemos las normas. ¡Y que todos nos unamos a la revolución a pedales!
Apoyo al sector
715 millones de euros: esa es la cifra que el gobierno español ha destinado, en los dos últimos años, a los sucesivos planes PIVE. Un dineral para renovar el parque automovilístico español con la subvención estatal de 1000 euros (¡mil euros!) por la compra de cada coche nuevo si el cliente entrega su vehículo usado. Sí, una forma de sacar de las calles a máquinas más viejas y contaminantes, pero sobre todo una apuesta decidida por el inmovilismo, por perpetuar un medio de transporte, el coche, que debería ser arrinconado y no promovido. ¿Cuántas maravillas ciclistas podrían hacerse con 715 millones de euros?
Más ciclistas en las calles
No hay nada que nos dé más seguridad que vernos, y sentirnos, acompañados. Queremos más ciclistas en las calles. Queremos que cada ciclista más sea un automóvil menos. Los automovilistas se acostumbrarán a cruzarse con nosotros y nos respetarán más. Al final, que haya más personas pedaleando por las calles es una decisión individual… ¡Unámosnos todos durante 2015 a la revolución ciclista!
Civismo, simplemente civismo
Y por parte de todos. Que los conductores de vehículos a motor no conduzcan a velocidades inapropiadas, que usen sus máquinas con raciocinio, que comprendan que la calzada no es sólo suya, sino también de los demás usuarios. Pero también a los ciclistas hay que pedirnos civismo: intentemos evitar las aceras, y si las ocupamos que sea a la mínima velocidad posible y respetando a cada peatón. Respetemos las normas de tráfico. Nunca, jamás, fomentemos los robos adquiriendo bicicletas o complementos ajenos. Demostremos que, además de ciclistas, somos buenos ciudadanos que adaptan sus hábitos cotidianos al bien común.
Y, por supuesto… ¡Sin accidentes graves!
Aunque algunos siguen pensando que el ciclismo urbano es una actividad de riesgo… ¡La realidad demuestra lo contrario! Cada día hay más bicicletas por las calles, y no se ha registrado un aumento de la mortalidad por accidentes de tráfico. En Ciclosfera somos optimistas: creemos que la presencia de más ciclistas no provocará más problemas, sino todo lo contrario: el tráfico a pedales se normalizará, y todos los usuarios de la vía pública nos acostumbraremos a compartir el espacio público. Tened mucho, mucho cuidado… ¡Y disfrutemos de 2015 a lomos de nuestras amadas monturas!