Cuesta imaginar una ciudad en el mundo en la que el coche reine de manera más indiscutible que en Los Angeles. La inmensa urbe californiana es conocida por sus kilométricos atascos y por unas políticas que, tradicionalmente, han buscado a toda costa ganar más y más espacio para el coche.
Esas políticas parecen estar cambiando. En una decisión que medios como LA Times han calificado de “histórica”, el Ayuntamiento ha anunciado un nuevo plan de movilidad por el que se construirán cientos de kilómetros de carril bici por toda la ciudad. También se crearán carriles-bus, en una clara apuesta por el transporte público, y se mejorarán algunos de los conocidos bulevares de la ciudad de cara a ganar espacio para el peatón y restárselo a los omnipresentes coches.
Una “herencia vergonzante”
El ambicioso plan, que ha recibido el nombre de Mobility Plan 2035, nace además con el objetivo de reducir a cero la tasa de mortalidad por accidentes de tráfico. Para ello es fundamental incidir en que los coches respeten los límites de velocidad, pero también cambiar de manera radical la mentalidad de los habitantes de Los Angeles y repensar sus calles y avenidas, planificadas en base a un modelo que muchos consideran obsoleto.
En ese sentido, el concejal Mike Bonin no dudó en referirse al modelo urbanístico de Los Angeles como una “herencia vergonzante”. Con el nuevo plan, se trata de conseguir que “más y más gente tenga derecho a moverse a pie o en bicicleta por las calles de la ciudad sin temor a ser arrollado por un coche”, apuntó Bonin.
Las actuaciones afectarán a algunos de los barrios y bulevares más emblemáticos de la ciudad, como Sunset Bulevard, Van Nuys Boulevard o Martin Luther King Jr. Boulevard, cuya fisionomía podría cambiar de manera radical en pocos años.