Es uno de los riesgos más graves a los que se expone la comunidad ciclista londinense: la presencia en las calles de vehículos pesados (Heavy Goods Vehicles o HGV, en sus siglas en inglés), se ha convertido en un quebradero de cabeza y una causa recurrente de accidentes protagonizados por ciclistas.
Ante esta situación, el consistorio londinense ha decidido pasar a la acción. A partir de ahora, todos los vehículos pesados -de más de 3,5 toneladas- que no cuenten con los últimos dispositivos de seguridad no podrán circular por las calles y carreteras de Londres.
La legislación obliga a estos vehículos a contar con un dispositivo en los bajos que impide que los ciclistas sean arrastrados bajo las ruedas. Además, deben estar provistos de un espejo curvo que ayude a los conductores a salvar el conocido ángulo muerto que les puede impedir divisar a un ciclista que se aproxima por detrás.
Perseguir a los infractores
El alcalde de Londres, Boris Johnson (conocido por su activismo en favor del uso de la bicicleta como medio de transporte), se ha mostrado contundente respecto a la presencia de estos grandes camiones en la capital. “El número de accidentes con ciclistas que causan estos vehículos es desproporcionado”, ha declarado. “Esta nueva ley salvará vidas, sin duda”. Las sanciones para los que incumplan la nueva normativa oscilan entre cuantiosas multas de 1.000 libras (unos 1.300 euros) hasta la pérdida de la licencia para los reincidentes.
La comunidad ciclista de Londres, por su parte, ha acogido con agrado la nueva medida, al considerar que la situación era “inaceptable”, en palabras de Rosie Downes, de London Cycling Campaign (LCC), uno de los organismos más activos en favor de los ciclistas urbanos de la ciudad.