En pocas líneas… ¿Cómo te presentarías?
Me llamo Liisa. Nací hace 26 años en Italia, de padre italiano y madre finlandesa, pero cuando era un bebé nos mudamos a Suecia. Desde hace cuatro años vivo en Australia, y trabajo como creativa en un estudio de moda de Melbourne.
¿Por qué montas en bici?
Conocí el mundo del piñón fijo cuando fui con mi novio a una carrera de fixies muy popular en Alemania, la Rad Race. Allí me di cuenta de que las bicis son mucho más que el mejor vehículo para trasladarte: son, además, una gran comunidad, todo un estilo de vida. Desde entonces siempre salimos en bici, y todo el mundo es bienvenido. La bici es parte esencial de mi día a día: prefiero pedalear, aunque sea bajo una lluvia torrencial, que meterme en un tren. La bici es libertad.
¿Cuál es tu lugar favorito para perderte pedaleando?
Salimos mucho a rodar, y cada fin de semana nos subimos a la bici sin un plan establecido. Hemos encontrado playas, montañas, lagos y hasta estaciones de tren abandonadas. ¡Es lo más divertido del mundo!
“Cada fin de semana nos subimos a la bici sin un plan establecido”
¿Recuerdas tu primer paseo?
Claro, porque en realidad pedaleo en serio desde hace menos de un año. Desde que era una niña no montaba, pero me hice con una bicicleta vieja, pesada y oxidada, a la que llamamos “lata de anchoas”. La usé durante dos semanas, hasta que me di cuenta de lo mucho que me gustaba pedalear y me hice con mi bici actual.
Háblanos de ella…
Es una Cinelli Mash Cyanotype Parallax. La vi en el Rad Race, y pensé que si alguna vez me metía en ese mundo esa sería mi bici. Es súper rápida, y me sirve para todo, tanto para recorrer la ciudad como para llevarla al velódromo e incluso subir montañas.
¿Qué momento vive el piñón fijo en Melbourne?
Hay una gran comunidad, todo el mundo es muy simpático. Nos reunimos todos los lunes por la noche y, eventualmente, también a mediados de la semana, y aprendemos mucho los unos de los otros. El amor a la bicicleta también me ha llevado a hacerme muchos amigos de otros países, y me encantaría viajar para conocer la situación del piñón fijo en otras ciudades del mundo.
Eres vegana. ¿Hay una conexión entre la movilidad urbana y el respeto a otros animales?
Desde luego. Existe una conexión entre ser compasivo con el resto de animales y elegir la bicicleta, en lugar del coche para moverse, con todos los beneficios medioambientales que eso conlleva. Soy vegana desde hace dos años, y no me resultó complicado porque, en realidad, nunca me gustó demasiado la carne.
¿Qué te llevó a dar el paso definitivo?
El darme cuenta de cómo tratamos a los animales destinados al consumo humano, y decidir que no quería formar parte de eso. La gente cree que llevar una alimentación vegana es difícil, pero para mí es un viaje apasionante, en el que descubres comida maravillosa que no habrías conocido de otro modo. En realidad, sólo me ha traído cosas positivas.
“Los tatuajes son una forma genial de expresarte y comunicar quién eres”
Llaman la atención tus tatuajes. ¿Por qué son importantes para ti?
¡Me encantan los tatuajes! Siempre he sido una persona alternativa, y creo que son una forma genial de expresarte y comunicar quién eres, aunque seguramente mi madre no estará de acuerdo… Me hice el primero con 18 años y me gustan todos los que tengo, pero que mi favorito es un conejo que llevo en la pantorrilla.
De hecho, eres modelo de tatuajes y bicicletas… ¿Cómo te sientes al saber que tanta gente ve tus fotografías?
Es genial que tanta gente esté interesada en lo que hago y en mis fotos. No soy modelo profesional: fue algo que empezó casi por casualidad junto a mi novio, para reflejar nuestro estilo de vida. Creamos nuestro propia historia y hemos terminado ayudando a algunas marcas a desarrollar la suya. Es nuestra pasión, y esperamos que vaya a más este años, porque es muy divertido de hacer.