Libertad Avenue es una empresa textil, cuya mente pensante es ciclista. Eso ha hecho que se enfoquen tanto en calzado como en bolsos pensados para pedalear por la ciudad. Como todo el proceso se ha visto retrasado por el COVID, en Libertad Avenue han estado confeccionando mascarillas solidarias, cuyos ingresos han ido destinados a la ONG World Bicycle Relief. No te pierdas la entrevista completa en vídeo.
¿En Bilbao sigue aumentando el uso de la bici?
Sí, lo que pasa que todavía por una parte la ciudad no le recibe con cariño y hay una pugna muy fuerte entre automóviles y ciclistas. Pienso que es algo que va a cambiar y que ha mejorado mucho porque el ayuntamiento puso bicicletas eléctricas y aquí hay muchos barrios con cuestas entonces eso ha aumentado el flujo de ciclistas en la calle.
¿Cuándo nace Libertad Avenue y cómo fue el proceso?
Al llevar toda mi vida en bici, llevaba viendo a través de la comunicación que los ciclistas urbanos habíamos comenzado a ser sujeto de observación y utilizaban al ciclista urbano como un objeto para limpiar la imagen de muchos productos, de muchas empresas. Empresas muy contaminantes ponen a un ciclista y siguen siendo contaminantes.
Por otro lado, no se nos habían considerado como un sujeto. Yo estudié comunicación pero me especialicé en moda, hice un FP en corte y confección y trabajé en India haciendo certificaciones para fábricas y buscando proveedores de algodón orgánico. Es decir, ya tenía una trayectoria en el sector de la moda. Entonces pensé, conozco lo que los ciclistas urbanos necesitan y sé como hacerlo. Decidí que este iba a ser el nuevo proyecto en el que me iba a embarcar.
Las botas ciclistas de Libertad Avenue.
¿Has arrancado con bolsos y zapatos, no?
De momento he arrancado con esto porque el calzado y los bolsos son mucho más complejos que el textil, que es en lo que yo más experiencia tenía. Pensé, me centro en sacar esta parte y una vez que ya la tenga lograda y empiece a rodar me meto con el textil que es un sector en el que tengo más experiencia y me puedo mover más rápido. Pero fue mucho más complejo de lo que me esperaba.
Los zapatos están diseñados con productos preparados para durar mucho.
¿Por qué calzado para ciclista urbano, qué tiene de especial una de estas botas?
Un tema muy importante es la durabilidad, están hechos con productos preparados para durar mucho. Soportan la abrasión, el roce y poderlos reparar. Cuando al zapato se le gasta la suela, los puedes reparar. Eso ya existe, pero la tecnología en la industria del calzado ha ido en el sentido opuesto. Una vez que ya no lo puedes utilizar porque la suela esté gastada, aunque por arriba esté nuevo, no se puede reparar. La idea es que te compres otros. Sin embargo, estos están concebidos desde el principio para ser reparados. Lo segundo son los reflectantes (podéis verlo en el vídeo) aportan un nivel de seguridad muy importante, sobre todo en invierno. Es un zapato concebido para que en invierno te aporte seguridad, poque pasamos más tiempo de oscuridad en la calle. Y por último, algunos, aunque son calzados formales, tienen ergonomía deportiva. Por fuera lo ves como un calzado tradicional pero por dentro tiene una ergonomía deportiva. Son reversibles, por un lado vas formal a la oficina y por el otro son totalmente reflectantes.
La mayoría de los zapatos no tienen género, están pensados para que los pueda usar cualquier persona, aunque hay algunos que sí son solo para chica. Esos están inspirados en las primeras mujeres que utilizaron la bicicleta. Al fin y al cabo, la bicicleta nos ha entregado autonomía y un poder que antes no teníamos.
¿Cómo son los bolsos?
Son bolsos súper cómodos. De momento tengo tres diseños, y hay uno más, de chico, en el horno. Ha sido muy complicado a nivel de fabricación encontrar fábricas que trabajen diseños neutros. Tengo uno ya, y otro transformable bolso-mochila. Todos los productos están en la web o en Instagram con todos los productos que van a estar disponibles a partir de septiembre. La venta tenía que haber estado ahora en junio pero con todo el tema del COVID ha habido muchos retrasos, las fábricas han tenido alguna complejidad y algunas soluciones que me han propuesto comprometían, por ejemplo, el tema de la curtiembre, que para mí es muy importante, o de la calidad de la suela. He preferido tomarme un poco más de tiempo y hacerlo de la manera que tenía pensada.
¿Y se pueden encargar ya cosas?
Sí, nos mandáis un email y ya está. Estamos trabajando en ponerlo en modo pre-venta, pero de momento nos mandáis un email y lo coordinamos.
Por el chat preguntan si enviáis a todas partes del mundo.
El problema no es el envío, el problema es el coste del envío. Yo no tendría ningún problema en enviarlo, pero lo tendríamos que conversar.
Hace poco hice un crowfounding, una financiación colectiva y me compró gente de muchos lugares del mundo y la verdad que solventando el problema de los gastos de envío no hay ningún problema, yo les envío donde quieran.
Algo que para mí era importante es que, con la manera que trabajamos, estamos incidiendo sobre las industrias más contaminantes del mundo.
A tí te preocupa mucho la sostenibilidad, ¿no es así?
La sostenibilidad del producto es algo que hemos tenido muy en cuenta. La curtiembre está hecha toda en la península ibérica, todas tienen la certificación de bienestar animal que es un tema que para mí era importante. Incluso algunos de los materiales son ecológicos, porque hoy en día no existen una separación entre los cueros de las curtiembres de bienestar animal y los que vienen de granjas ecológicas, que es algo que me parece interesante para mirar para futuro.
Los tintes son todos vegetales y para los productos veganos, no trabajamos con generados nuevos, son todos generados en unas empresas de alta tecnología que hay en Alicante. Realmente una empresa maravillosa, una de las cosas que me ha gustado mucho de producir aquí , como ya expliqué al principio, estuve viviendo en India y estuve en el tema del algodón orgánico, haciendo visitas a fábricas y desarrollando proveedores allá. Siempre me interesó mucho el tema del comercio justo, colaboraba con una ONG y la diferencia en las fábricas es bestial. Entrar a una fábrica donde hay buen clima, la gente está trabajando con ilusión, es fantástico. Te da muchas ganas de que las cosas salgan bien. Eso para mí ha sido muy bonito.
Algo que para mí era importante es que, con la manera que trabajamos, estamos incidiendo sobre las industrias más contaminantes del mundo. La primera, transporte y logística, en el momento en el que nos movemos en bicicleta dejamos la polución. En segundo lugar, la industria de la moda, con todos los tintes… Para mí lo más importante era unir estas dos cosas, porque ya estás en modo sostenibilidad.
Supongo que ahora vuestro objetivo es que el producto llegue a más gente.
Sí, estábamos con el tema de distribuidores en marzo. Ahora todo se ha ralentizado, pero desde luego síl, es el camino que queremos seguir.
Mientras ha tenido lugar la pandemia y se ha visto parado el proyecto, te has involucrado con las mascarillas para un proyecto solidario.
Cuando empezamos con el confinamiento y pararon las fábricas. Quise responder a las personas que habían participado en la financiación colectiva. Entonces empecé a hacer mascarillas para mandarles a ellos. Y una vez que ellos empezaron a postear las mascarillas, hubo gente que me empezó a pedir. No quería venderlas, no me apetecía y pensé ¿qué puedo hacer? Conocía la ONG World Bicycle Relief y pensé, voy a ponerme en contacto con ellos y ver qué les parecería hacer una campaña conjunta. Lo estuvimos viendo, me dijeron que sí y muy feliz. Empecé a hacer las mascarillas, elegí este patrón porque se adapta muy bien y porque el elástico es adaptable. Hice dos tamaños, tamaño infantil y tamaño de adulto. Se empezó a mover, y a lo tonto hemos juntado 800 euros.
¿Cómo se hace una mascarilla de estas para que realmente proteja?
Tengo una conocida que es médico y ella me pasó unas directrices del servicio de salud pública del País Vasco y en base a eso fui haciéndolas. Estas tienen un bolsillo, en el que le puedes poner un filtro. Puede ser una mascarilla que te dure más, porque de repente vamos a llenar el planeta de basura para salvarnos.
Luego, por ejemplo, pañales, compresas y bolsas de aspiradoras son muy filtrantes del virus. Si tú le pones algunas de esas cosas, ya se convierte en una mascarilla. A las personas que participan les envío por unidad familiar y alguna me han pedido para sus niños mayor cantidad, se lavan en la lavadora de manera sencilla y tienen una durabilidad que las desechables no tienen.
Y, además, todo ese dinero va destinado directamente a World Bicycle Relief, que lo invierte en darle bicicletas a gente en condiciones un poco complicadas.
Por una parte tienen varios proyectos. A mí lo que me gusta es que el proyecto central es el empoderamiento de las personas, a niños que no pueden acceder a la escuela porque viven en pueblos que están lejos y no tienen manera de llegar, a mujeres que viven alejadas de los lugares en los que recogen el agua se les da unas bicicletas con unas alforjas para que pongan los cántaros y hay unas bicicletas sanitarias, más caras, son como una bici cargo donde puede ir un enfermero o un médico y acceder a estos lugares en los que no podrían acceder si no tuviesen bicicletas. En este caso, lo más coherente me parecía una campaña para bicicletas sanitarias que lleven salud a los lugares donde no la tienen.
¿Cuánto cuestan las mascarillas?
Es a voluntad. Hemos puesto una donación recomendada de entre 3€ y 5€ por mascarilla. Hay que considerar la mano de obra, el material y el envío lo ponemos nosotros. De todas maneras, nadie se va a quedar sin mascarilla si es que no puede pagarla, nos escribe igual y se la mandaremos. Por ejemplo, una clínica dental nos pidió 20 mascarillas y puso 150€, eso es fantástico porque bueno me parece muy bonito. Yo se lo puse en un packaging, les hice una instrucciones plastificadas para que las pudieran higienizar entre una persona y otra. Y luego les llevé algunas más.