Una vida cultural y callejera envidiable, un carácter llano y accesible y una gastronomía única. León es un lugar ideal para ser explorado a ritmo de pedal y un destino más que recomendable para cicloturistas, dado que es parada de rutas históricas como el Camino de Santiagooy la Ruta de la Plata.
Pero al hablar de León hay que empezar por lo más importante para todo leonés que se precie: la comida y la bebida. La ciudad es una auténtica meca gastronómica, y no sólo por sus afamados restaurantes y sus reconocidos productos, sino por estar en el selecto club de ciudades en las que impera la ley de la tapa gratuita. Gracias a ello, las rondas de cortos de cerveza y vinos pueden dar para mucho. Resulta imposible irse de un bar sin probar la cecina, la morcilla o el vino del Bierzo. Y para hacerlo, conviene especialmente orbitar hacia el Barrio Romántico, una zona que ha surgido con fuerza dentro del casco antiguo como contraposición al Barrio Húmedo, más turístico y tradicional pero igualmente recomendable.
Una vez bien comidos y bebidos, hablemos de bicicletas. Mucha gente piensa, y con razón, que el verdadero grial de León se encuentra en su patrimonio natural y en sus montañas, en las que el ciclista encontrará multitud de rutas y caminos para recorrer tanto en bici como a pie. Y así es: León es uno de los territorios con más Reservas de la Biosfera del mundo, pues sólo en su provincia se ubican siete de las 45 que hay en España. A poca distancia uno puede perderse en los Valles de Babia y Luna, las Hoces de Vegacervera o incluso la vertiente leonesa de los Picos de Europa.
Pero no siempre hace falta el coche para llegar hasta estos paraísos naturales. Se puede coger, desde el centro de la ciudad, un carril bici de casi 20 kilómetros que lleva a lo largo del río Bernesga y Torío hasta empalmar con la carretera LE-5607 y completar así una excursión redonda, volviendo en tren desde Garrafe de Torío o cualquier localidad con parada.
La revolución urbana
Más allá de la buena salud de la bicicleta como deporte, especialmente de cara al fin de semana, los ciclistas leoneses están protagonizando una auténtica revolución a pie de calle. El ciclismo urbano no para de crecer, espoleado por citas como la Bici Crítica León, que parte el último jueves de cada mes de la Plaza de Guzmán y se ha convertido en una de las más numerosas y animadas de España.
Las calles leonesas son un lugar perfecto para admirar bicicletas hermosas de todas las clases: hay cada vez más amantes del piñón fijo y del BMX, pero también gran cantidad de bicicletas clásicas y custom, cuyos devotos se reúnen anualmente en el Mongogo, un bar de espíritu tex-mex más que recomendable.
Lamentablemente, dicho auge no se corresponde con una apuesta institucional decidida. La ciudad cuenta con varios tramos de carril bici, más orientados al ocio que a la propia circulación. Un dato revelador: en los últimos cuatro años no se ha construido ningún kilómetro adicional a los ya existentes, y el servicio de préstamo municipal no está cumpliendo la expectativas. Hay pocas, y en muy mal estado.
Pese a estos problemas y retos, el futuro es prometedor. Las características y circunstancias de la ciudad ayudan, aunque los desafíos son numerosos. Desde la necesaria apuesta por parte de las autoridades para regular y fomentar el uso de la bicicleta hasta la necesaria mejora de la convivencia con el resto de vehículos y peatones. León es de todos… pero también ha de serlo de la bicicleta.
En la buena dirección
El auge de la bici en León es mérito de todos aquellos leoneses que han decidido moverse pedaleando. Sin embargo, hay quien está luchando de manera especial: la asociación León en Bici, de reciente creación, nació para agrupar a todos los usuarios y aunar sus propuestas y reivindicaciones. Porque, como en todo, en materia de movilidad urbana la unión hace la fuerza.
¿Comemos? ¿Salimos?
El amante de la gastronomía es feliz en León: las opciones son casi infinitas. En el entorno de la Plaza Torres de Omaña recomendamos locales como El Colibrín y el Santo Martino, sendos bares de tapas vegetarianas con inmejorable ambiente. bar de tapas vegetarianas con inmejorable ambiente. El Belmondo, un singular café-bar cultural, hace descuento a los clientes que llegan en bici, mientras que los que busquen algo único se enamorarán de La Ribera, el sitio perfecto para disfrutar de algunas de las tapas y raciones más abundantes de la ciudad. Para horarios más nocturnos y bailables, imprescindible dejarse caer por el Dickens, una taberna dedicada a los sonidos electrónicos. Y si lo que se busca es disfrutar del sonido clásico del rock, nada como pasarse por el Rock&Roll Circus o el Zoe.