El estudio, realizado en la Universidad de Bath (Reino Unido), consistía en medir mediante un sensor de distancia ultrasónico el espacio que guardaban el resto de los vehículos con las bicicletas. El Dr. Ian Garrard, uno de los investigadores que colaboró y dirigió el proyecto, se vistió con diferentes prendas -desde una lycra de carreras o un chaleco reflectante hasta un uniforme similar al de un policía- para ver el efecto que causaba en los vehículos que pasaban a su lado. El resultado: no hubo casi diferencia en la distancia que los vehículos guardaban al pasar junto a él. Eso sí, entre el uno y el dos por ciento dejó menos de 50 cm de espacio, una cifra preocupante.
El uniforme de policia, el más respetado
Casi todas las diferentes prendas utilizadas dieron como resultado una distancia de adelantamiento de entre 114 y 118,5 cm. Todas menos una: la que simulaba ser un uniforme de policía, cuya distancia se elevaba a 122,1 cm. De ahí que el estudio incida en el mínimo efecto que causan este tipo de prendas -concebidas como de prevención y seguridad- en la carretera. Unas cifras que, además, están muy lejos de los 179 cm que se establecieron de media en un estudio similar hace 30 años.
Según Ward, las prendas reflectantes no garantizan al ciclista una mayor seguridad. “Más bien, deberíamos crear espacios seguros para el ciclismo, tal vez mediante la construcción de carriles bici separados o haciendo a los conductores más conscientes de las consecuencias de los adelantos imprudentes”, afirmó entre otras cosas el responsable del estudio.