Su nombre es famoso por protagonizar uno de los momentos más trágicos de la historia del Tour: Tom Simpson murió el 13 de julio de 1967 en la subida al Mont Ventoux, por una insuficiencia cardiaca provocada, probablemente, por un cóctel explosivo de anfetaminas, alcohol, el fuerte calor y su debilidad a causa de una infección estomacal.
Pero algo más convierte a Simpson en leyenda: fue el primer ciclista británico en lucir el maillot amarillo como líder del Tour de Francia, hecho que sucedió en 1962, edición en la que terminó finalmente en el sexto lugar.
Fue, en concreto, el 5 de julio de 1962, el día en el que un británico era líder del Tour por primera vez en la historia. Por eso el artista James Straffon decidió, hace tres años, conmemorar dicha fecha creando una obra de arte.
La zapatilla que protagoniza la obra es una Bont cedida por otra leyenda británica, Bradley Wiggins, que la calzó durante la Paris-Niza de ese mismo año. Straffon le hizo una serie de estampados con imágenes de Simpson que la convierten, sin duda, en una zapatilla ciclista única y entre las más hermosas de la historia.
Precisamente Wiggins logró en verano de 2012 la victoria en la clasificación general del Tour de Francia, justo 50 años de lucir Simpson el maillot amarillo. Wiggins se convirtió, así, en el primer británico vencedor de la gran carrera gala.