Durante casi un siglo, un ferrocarril minero cruzaba los valles de Quirós y Teverga para unir Asturias con la Meseta Central. Han pasado sesenta años desde entonces, pero, desde los noventa, el trazado es una fascinante Vía Verde. Naturaleza, historia, arqueología, caballos salvajes y, por supuesto, osos: te lo contamos junto a Astor García, director del BTT Valle del Oso y uno de los mayores expertos en la zona.
Cada Vía Verde tiene su historia, siempre con el ferrocarril como protagonista pasado y, por supuesto, la bici bien presente en la actualidad. Es en esos mágicos (y muy accesibles) caminos donde nos encontramos con viejas estaciones rehabilitadas, fascinantes túneles, apeaderos mágicos y cientos de kilómetros en los que, mientras pedaleamos, podemos imaginar el ir y venir de viajeros, despedidas de las de pañuelo blanco en un interminable andén o, claro, esforzados mineros cargando vagones con ganas de terminar la jornada. Porque las Vías Verdes son historia reciente, palpable.
"El valle es espectacular, idílico" (Astor García, director del BTT Valle del Oso)
Antiguos trazados de tren transformados en rutas senderistas y ciclistas que cuentan con muy poco desnivel (el tren no podía subir grandes cuestas) y siempre perfectamente señalizadas. "El 98% de la gente que hace la Senda del Oso nunca anda en bici. Sólo tiene un 1,5% de desnivel, por lo que es para todos los públicos", nos cuenta Astor García, director del BTT Valle del Oso y todo un enamorado experto en la zona. "El valle es espectacular, idílico", asegura. Y no exagera.
Si miramos el mapa, la Senda del Oso tiene forma de Y. Está compuesta por dos trayectos distintos, que comparten un mismo tramo inicial, de unos 10 kilómetros, que nace en Tuñón, en el Concejo de Santo Adriano, a la orilla del Trubia. Sus aguas nos acompañarán casi todo el viaje al cruzar el Concejo de Proaza y, cuando el camino se divida en dos, podrás elegir entre cruzar el Valle de Quirós terminando en Santa Marina o el Valle del Teverga, que finaliza en Entrago.
"La gente suele hacer unos 20 kilómetros de bajada suave", comenta Astor García, "pero no supone demasiado esfuerzo hacer ida y vuelta, o llegar hasta el pantano de Valdemurio y recorrer 32 kilómetros. También puedes hacer los dos valles completos, ida y vuelta, con un total de 72 kilómetros".
Y es que no se puede pedir más: túneles (iluminados), puentes, desfiladeros y hasta arqueología industrial, como la mina Mariquita en Quirós, restaurada, a donde se llega en bici. Es una parada obligatoria para comprobar cómo los propios vecinos de la aldea de Santa Marina adecentaron la entrada para que no estuviera oculta tras la maleza y se pudiera recordar, generación tras generación, la figura de los trabajadores dedicados a la extracción de carbón hace no tanto tiempo.
También es obligatorio parar a conocer a Paca y Molinera, dos osas de raza cantábrica pura a las que se puede ver cerca del comienzo de la ruta, todavía en el concejo de Santo Adriano, y buen ejemplo de la labor que la Fundación Oso está haciendo en toda la zona para recuperar y conservar esta especie. Como explica Astor "la población crece de forma constante: hace veinte años había unos 50 ejemplares, y ahora son entre 250 y 300".
La Senda del Oso es el tercer destino de turismo activo en el Principado de Asturias, pero no es un lugar masificado pese a recibir visitantes durante todo el año. La Senda es ideal en verano, muy agradable en primavera, idílica en invierno y deslumbrante en otoño. En definitiva, un DESTINO con mayúsculas, que bien merece unos días para volver como nuevos, poco exigente desde el punto de vista deportivo, muy familiar y rodeado de historia, gastronomía y naturaleza en estado puro.
Cualquier momento del año es bueno para recorrer una ruta para todos los públicos
El Centro BTT Valles del Oso
El Centro BTT Valles del Oso está en el kilómetro 0 de la ruta, en Tuñón, y lleva 17 temporadas en activo. Alquilan bicis para adultos y niños, tándems, bicicletas adaptadas para personas con discapacidad y hasta bicis con sillitas para bebés. Cuentan con un bar, abierto en temporada alta, y toda la información necesaria. Si quieres pedalear por allí, cuenta con ellos. ¡Y diles que vas de nuestra parte!
¿Con qué bici voy?
Gravel, MTB, trekking… ¡Mientras las ruedas tengan un poco de taco y los componentes estén afinados, cualquiera estará bien! Y, si tienes dudas, no hay problema: alquila una al llegar. Pero llama antes, por si esa talla está reservada.
El descanso
No busques grandes complejos hoteleros, sino un ambiente muy tranquilo y familiar: Villanueva, Proaza, Bárzana o San Martín son buenos lugares donde encontrar alojamiento.
¿Qué comemos?
Nos encantan los tortos de maíz, el cachopo y el potaje de castañas o jabalí. De postre, tarta de la abuela o de manzana. Para la ruta, frutos secos. Y, si quieres, prueba la sidra, muy típica. ¡Pero con moderación, que hay que pedalear.
Osos, y mucho más
A lo largo de la senda, y desde nuestra bici, es fácil ver jabalíes, venados, zorros, ardillas, pájaros de ribera y montaña y buitres. Hay además castaños y avellanos, típicos de la zona, y hayas y robles en algunos puntos.