En el inolvidable álbum de Astérix La Vuelta a la Galia, publicado originalmente en 1963 y quinta entrega de la saga, el más famoso de los personajes creado por Goscinny y Uderzo y su inseparable Obélix emprendían una ruta por todo el territorio galo. Francia es, por supuesto, uno de los grandes protagonistas en cada una de sus aventuras, pero es quizá en esta donde sus autores más se detienen en descubrir la idiosincrasia de sus gentes, degustar los exquisitos manjares de cada una de las localidades por las que vivían diferentes aventuras y, eso siempre, dejar con un palmo de narices al mismísimo Julio César y a sus locos legionarios romanos.
Hoy, los ciclistas franceses que en su día leyeron a Astérix (dada la popularidad y calidad de sus historias, prácticamente todos), pueden recrear sobre su bicicleta uno de los tramos que recorrieron los dos irreductibles galos. Más el concreto el que une su capital, París, con la costa de Normandía. Y lo mejor de todo es que pueden hacerlo a pedales, casi sin pisar el suelo, gracias a una ruta única cuyo nombre basta para hacer volar nuestra imaginación: La Seine à Vélo. 420 kilómetros de vías ciclistas, de toda clase y condición, con un desnivel mínimo y mucho, todo un mundo, por ver.
La ruta recorre el Sena, el tercer río más largo de Francia, y une París con Normandía
Si la ruta recibe el bonito nombre de La Seine à Vélo (el Sena en bici) es por algo: el río, que solo discurre por Francia y es el tercero más largo del país tras el Loira y el Ródano, es el escenario por el que transcurre ininterrumpidamente la marcha. Nacido en Côte-d'Or, en la Borgoña, el Sena empapa por supuesto París, discurre rumbo noroeste y termina desembocando en el Canal de la Mancha, el brazo de mar que separa Gran Bretaña de Francia. Pero, antes, el Sena surca hasta un total de 130 pueblos y ciudades, entre los que encontramos joyas como Rouen, Deauville, Honfleur o Le Havre.
Impresionismo en vivo
Cualquiera de estas localidades ya es, de hecho, motivo suficiente para recorrer con nuestra bicicleta La Seine à Vélo. Sus cascos históricos, sus frondosos parques o sus pequeños y encantadores comercios locales son un polo de atracción para todos los turistas. Pero, además, los afortunados que visiten estos lugares en bici también podrán conocer interesantes zonas industriales o sobrecogedores entornos rurales que, no en vano, sirvieron en su día de inspiración a artistas como Degas, Victor Hugo, Renoir o Monet.
De este modo, los ciclistas amantes del arte tienen, por ejemplo, una cita imprescindible con el impresionismo en la casa de Monet, ubicada en Giverny y transformada en un imprescindible museo para conocer esta influyente vanguardia. Otra recomendación es acercarse hasta el impresionante castillo de Malmaison, antigua casa de Napoleón Bonaparte y la emperatriz Josefina, sede del gobierno francés de 1800 a 1802 y la última residencia de Napoleón en Francia. Y, aunque la lista de sugerencias sea casi infinita, ahí va una más, para aquellos que compartan nuestra pasión por la historia y, por desgracia, su cara bélica: es posible (y muy sencillo) recorrer la costa de Normandía sobre el vehículo más pacífico, la bici, adentrándonos por cada uno de los escenarios de una de las batallas más cruentas y decisivas de la Segunda Guerra Mundial.
La esperada primavera
“Pese a que ha sido un año muy complicado”, nos explica vía Skype Hélène Berthe, coordinadora de La Seine à Vélo, “la ruta se ha llenado de ciclistas franceses este verano. En los días más soleados era increíble ver la cantidad de familias, de grupos, que pedaleaban por muchos de los distintos tramos”. Un arranque inmejorable considerando que, aunque la ruta ya puede recorrerse, su inauguración oficial tendrá lugar durante la primavera de 2021, con diversos actos festivos por algunas de las principales localidades por las que discurre. Mientras tanto, y para ir abriendo boca, sus responsables han puesto ya en marcha la página web oficial, con toda la información sobre un camino que, previsiblemente, atraerá a miles de cicloturistas llegados de todos los rincones del planeta (Francia fue el país más visitado del mundo en 2019, con casi 89 millones de turistas, y seguido por España con 83 y Estados Unidos con 80).
“Muchos de los ciclistas que recorren La Seine à Vélo lo hacen en su totalidad, desde París hasta Le Havre o Deauville”, añade Hélène Berthe, “pero la infraestructura está siendo muy utilizada también para viajes cortos, especialmente durante los fines de semana, o incluso para moverse de un punto próximo a otro”. Sin embargo, es evidente que las autoridades locales confían, y más con todos los acontecimientos planetarios vividos durante estos meses, que su apuesta por el cicloturismo sea un éxito “Sí, es cierto que el covid-19 ya ha tenido un gran impacto a escala nacional”, corrobora Hélène, “porque somos conscientes de que muchas personas han redescubierto la bici como medio de transporte, pero también como una actividad perfecta, saludable y muy divertida para sus vacaciones”.
Desde luego, pocos lugares parecen más atractivos para hacerlo que las orillas del Sena. ¿Nos animamos?