Si hay algo que, absolutamente, todos tenemos claro en este vida, es que tarde o temprano... vamos a despedirnos de ella. A morir, en otras palabras. Un hecho indiscutible que constituye el negocio en torno al que gira Aurora, una empresa funeraria con sede en distintas ciudades de Suiza, más en concreto en lugares como Biel, Thun, Meikirch o Berna.
Es precisamente en esta última donde, desde hace unos meses, Aurora ofrece un servicio muy especial: el de transportar el ataud al cementerio en un vehículo tan especial como... ¡una bicicleta de carga eléctrica! "Para nuestros funerales", explican desde la empresa, "un acercamiento abierto a la muerte es la piedra angular de nuestra filosofía cotidiana. Por eso, a pedido, ofrecemos una bicicleta de carga especialmente adaptada para el último viaje".
"Este último viaje, lento y silencioso, ralentiza el agitado ritmo de nuestra vida cotidiana", aseguran los responsables de la funeraria Aurora.
Y en eso consiste un servicio, desde luego, concebido para aquellos que amaron el ciclismo como pocas cosas en su vida. Porque Aurora va más allá: "La bicicleta es un vehículo sostenible, tanto en su funcionamiento como en su fabricación. Más que ningún otro vehículo funerario", dicen desde la empresa. "Por eso usarlo supone una experiencia especial, quizá solo comparable a las viejas carrozas fúnebres. Este último viaje, lento y silencioso, ralentiza el agitado ritmo de nuestra vida cotidiana, dejándonos tiempo para respirar". Y, además, la funeraria ofrece una opción especial: acompañar el traslado con la bicicleta de la persona fallecida, convirtiendo el ritual en algo "memorable".
"El sentimiento positivo que siempre me conecta con mi bicicleta", explica el gerente de Aurora, Gyan Härri, "me inspiró a crear la bicicleta funeraria. Surgió de una motivación: combinar un hecho tan profundo como el último adiós a una persona con la ligereza de un agradable paseo en bicicleta. El resultado son encuentros más estimulantes, y unas conversaciones muy especiales surgidas en ese recorrido alrededor de la bici funeraria".
El modelo ha sido bautizado como 'Bestattervelo' que, traducido al español, sería algo parecido a "bicicleta enterradora", y surge de la pasión surgida en Härri la primera vez que probó una bicicleta de carga. Para construirla, Härri recurrió a Sjoerd van Rooijen y su empresa, DoubleDutch, que adaptan y distribuyen cargo bikes en Suiza. Entre ambos dibujaron varios borradores y, finalmente, adaptaron una Urban Arrow Tender, un modelo de la marca holandesa con tres ruedas (dos delante). La primera 'Bestattervelo' fue terminada en primavera de 2021 y, desde entonces, está siendo solicitada en una o dos ocasiones a la semana, disparando la popularidad de la funeraria.