Ciudades

La bicicleta busca su lugar en el puente de Brooklyn

Muchos de los que conozcáis Nueva York habréis cruzado, a pie, en bici o en coche, el puente de Brooklyn. Ahora el famoso puente, todo un icono de la Gran Manzana, se ha convertido en objeto de debate ciclista…

Recuerdo la última vez que estuve en Nueva York. Fue hace menos de cinco años (ahora parecen casi cinco décadas), y viajé por un buen motivo: hacer el llamado Five Boro Bike Tour, una marcha ciclista de 64 kilómetros que recorre la ciudad. Fue un día lluvioso y de lo más desapacible, pero completar el paseo y transitar pedaleando zonas poco conocidas de Nueva York hicieron de la experiencia algo inolvidable.

Al día siguiente conseguí una bicicleta y me acerqué hasta Red Hook, una zona de Brooklyn donde se celebró, durante muchos años, el famoso Red Hook Criterium, quizá la prueba de piñón fijo más famosa del mundo. Para llegar desde Manhattan a Red Hook crucé, en bici, el puente de Brooklyn, y no era tarea fácil. Los ciclistas debíamos hacerlo compartiendo espacio con los peatones, y considerando que el puente es una de las atracciones turísticas de la ciudad… no era una experiencia muy relajante. Respecto a ir con los coches, era imposible. Si no recuerdo mal, estaba directamente prohibido. Esos carriles (no eran pocos), llenos de mastodónticos coches estadounidenses circulando a toda velocidad, constituían una de esas autopistas urbanas tan frecuentes en todo el planeta.

El proyecto de Nueva York, recreado en un render del Ayuntamiento.
El proyecto de Nueva York, recreado en un render del Ayuntamiento.

Autopistas urbanas que, sin embargo… empiezan a verse de otra manera o directamente, a desaparecer. Eso podría ocurrir precisamente en el puente de Brooklyn, finalizado en 1883 y, como suele ocurrir, “invadido” por los coches en las últimas décadas. Se calcula que unos 150.000 vehículos lo atraviesan a diario. Sin embargo, cada vez son más los ciclistas que aspiran a hacer lo mismo, por lo que en los planes de reforma de la construcción está muy presente la necesidad de dedicarles un espacio.

Es más: el pasado jueves el propio alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, anunció un “nuevo y radical plan” para reducir la presencia de coches en el puente (en el de Brooklyn y en otro importante de Nueva York, el de Queensboro). Para conseguirlo, se eliminará uno de los carriles y se transformará en un carril bici protegido, con dos direcciones y una anchura de casi dos metros y medio (exactamente ocho pies, o lo que es lo mismo 2,43 metros). El plan es completar la transformación antes de que termine 2021, en el caso del puente de Brooklyn, y a lo largo de 2022 en el de Queensboro.

Durante los últimos años, la presencia de muchos peatones y cada vez más ciclistas en el mismo espacio había generado varios accidentes (en la prensa local se hablaba, directamente, de caos), y la necesidad todavía mayor de distancia interpersonal desde la pandemia exigía una solución rápida. Nueva York ya ha presentado un render (recreación gráfica) mostrando su solución… ¿Tú cómo la ves?