¿Qué novedad destacarías para 2016?
Al venir del sector carretera, me quedo con la Venge ViAS. Su diseño integra a la perfección manillar, potencia o ruedas, demostrando el gran valor que tiene Specialized como marca, y cómo somos capaces de cohesionar el trabajo de distintos profesionales en un producto único y óptimo. El paradigma ha cambiado: ya no pensamos en la bicicleta, sino en el ciclista.
¿Qué más esfuerzos ha hecho la marca en estos últimos años?
Me interesa mucho ver cómo podemos ofrecer más seguridad. Se han generalizado los frenos de disco, que permiten una mucho mejor frenada, y se ha optimizado la visibilidad del ciclista en la carretera. También trabajamos en cómo reducir los tiempos de desplazamiento de, por ejemplo, el ciclista urbano que va en bicicleta a la oficina a diario.
¿Ha cambiado mucho para las marcas, en los últimos años, la figura del “ciclista”?
Por supuesto. Para las marcas y para todo el mundo. Antes, al oír esa palabra pensábamos en el Tour de Francia, en sudor y esfuerzo. Ahora hay cada vez más gente que identifica la bici con un medio de transporte, con palabras como exploración, libertad o diversión.
¿Cómo se ve, desde California, el mercado español?
Como uno de nuestros mercados más importantes a nivel mundial. España es una enorme potencia en el deporte del ciclismo, y los españoles aman las bicicletas. Les gusta ver a Contador en el Tour, pero también usar su montura para dar un paseo. Y, por lo que he visto estos días en Madrid, también cada vez más españoles usan la bici para moverse por la ciudad.
Por lo que he visto, cada vez más españoles se mueven en bicicleta
¿Cómo ves, precisamente, ese presunto auge del ciclismo urbano?
Como marca, Specialized aspira a hacer bicicletas cada vez más accesibles, que más gente pueda disfrutar de ellas. Intentamos introducir novedades que hagan que pedalear sea más eficiente, más cómodo: avances que se ven en modelos punteros de carretera, como la Venge, terminan reflejándose también en nuestros modelos de calle.
¿En qué punto está, a nivel mundial, la industria de la bicicleta?
Pese a que hemos vivido años de recesión económica, la industria de la bici ha crecido. Es más, la crisis ha hecho cambiar a mucha gente: ahora prefieren comprarse una bici, sabedores de que les dará muchas alegrías y experiencias, antes que un coche o un gran viaje.
¿Y el urbano? ¿Qué perspectivas le ve?
Creo que crecerá mucho… Antes mucha gente admiraba a los grandes campeones del Tour, pero ahora identifican la bicicleta con un uso más recreativo, placentero o como medio de transporte. Sin embargo, también les atrae la tecnología, y ese es el gran cambio que están viviendo las bicicletas urbanas: antes eran sencillas, pero ahora están acercándose a los otros sectores con la implantación de la fibra de carbono, las mejoras aerodinámicas o los avances de diseño. Los adelantos técnicos no sólo sirven para ganar unos segundos en la carretera, sino también para que el ciclista urbano llegue un poco antes o menos sudado a su oficina.
Usted viene de EE UU, de California, una de las grandes mecas del automóvil. ¿Cómo se vive allí el cambio climático, la contaminación y el papel que puede jugar el ciclismo en revertir la situación?
La gente está cambiando su modo de pensar. No es sólo la preocupación por el cambio climático: es, por ejemplo, que el coste de la gasolina se ha duplicado en los últimos años. La gente, además, ve como algo evidente que el petróleo no durará toda la vida, y que las bicis o los vehículos eléctricos tendrán un papel relevante. En San Francisco cada vez se ven, por ejemplo, menos coches de alto rendimiento y alimentados con gasolina, y sí más estaciones de recarga eléctrica donde se agolpan los Tesla, Nissan Leaf o Toyota Prius.