Las bicicletas pueden servir para muchas cosas. También como singular escondite para no levantar sospechas en una aduana cuando se trata de introducir droga en un país. O al menos eso debió pensar A.H.O., costarricense de 30 años de edad detenido esta mañana en el aeropuerto de Barajas, Madrid. Pero el plan no ha salido según lo previsto.
A.H.O. viajaba de Costa Rica a Milán con escala en la capital de España. Fue allí, en la terminal 4 de Barajas donde su equipaje, un gran bolso con una bicicleta en su interior, despertó las sospechas de la Guardia Civil en la zona de tránsito. Al pasar por los rayos x, los agentes vieron que la bici contenía en su interior inusuales objetos.
Tras interceptar al viajero, los agentes procedieron a inspeccionar la bicicleta, para lo cual hubo incluso que cortar los tubos del cuadro. En su interior contenía 14 preservativos que, a su vez, estaban rellenos de cocaína líquida. En total, 860 gramos.
Ahora, A.H.O. -que no cuenta con ningún tipo de antecedente- se enfrenta a un delito contra la salud pública, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.