Ciclosfera #3

Hugo Silva: “La bici no es una moda, es inteligencia”

Estrena película, El cuerpo, y nos reunimos con él para hablar de bicicletas, ciudades y cómo lleva la fama. Porque sí: todo el mundo le conoce, pero muy pocos saben que cada día se cruza Madrid en su bici.

¿Cuál fue tu primera bici­cleta?

Una BH roja que me compró mi padre. Yo tenía 6 ó 7 años y me puso los ruedines cojos, a distinta altura, para que no apoyase del todo… Debí hacer­lo bien, porque ese mismo día me quitó los ruedines.

Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)
Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)
Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)
Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)

¿Había más bicis en tu casa?

Sí, la de mi padre de paseo. Después yo tuve una Califor­nia X2 azul, con las ruedas amarillas. ¡No sé dónde habrán terminado esas bicis! Y ahora sigues rodando por Madrid.

Sí. Voy bien, aunque no está acondicionada: los automovilis­tas son muy agresivos, hay poca conciencia ciclista y es una ciudad, por las cuestas y la falta de infraestructuras, exigente. Supongo que será difícil meter­lo ahora, pero el carril bici es simbólico, inconexo, y el anillo verde sólo sirve para pasear durante un día entero. ¿Por qué, entonces, vas en bici?

Porque llego pronto a todos lados, la dejo en cualquier sitio y es muy cómodo y divertido. También me gusta porque es un deporte pasivo, con el que no te das cuenta de que haces ejercicio. ¿Cuáles han sido tus últi­mas bicis?

Me regalaron la que usaba mi personaje en *Lo contrario al amor, *y también tenía una Orbea para moverme por el campo y una Shimano antigua y muy pesada. Pero hace poco entraron en el trastero de mi edificio y me robaron una guitarra, un bajo y dos bicis, dejándome solo la Shimano. Es la que uso ahora: como está vieja la ato en cualquier sitio, y no llama la atención.

“Tenemos el mismo derecho a circular que cualquiera”

¿Has tenido algún proble­ma en Madrid?

No. Hay que tener cuidado, sobre todo cuando llueve, y me asustan un poco los coches porque la gente se pone muy nerviosa y no entiende que hay que cuidar a los ciclistas. Tenemos el mismo derecho a circular que cualquiera. ¿Y en otros sitios?

Sólo he tenido un accidente, y fue muy tonto y en El Palmar, en Cádiz. Iba a por el pan y se me salió la cadena: torcí el manillar y salí volando, hasta me dio tiempo en el aire a pensar en el talegazo que me iba a dar. Me rompí dos costillas y le cogí un poco de miedo, pero desde hace un par de años he vuelto a montar a diario. ¿Se sorprende la gente cuando te ve en la bici?

Ni se dan cuenta…. Suelo ir con gafas de sol y, en invierno, con gorro y braga, así que no tengo problemas. Además, en bici siempre te ven de pasada, y cuando se dan cuenta ya me he ido. ¿Sabes algo de mecánica?

Las bicicletas son muy básicas… A nada que investi­gues ves que tampoco tienen mucha historia, y las de ahora son muy cómodas porque casi todo es desmontable. El resto… Lo típico: mi abuelo me enseñó a poner parches, cambiar una rueda… las cosas más sencillas. ¿Cuáles son tus rincones favoritos de Madrid?

Los espacios nuevos, como Madrid Río, están bien, aunque los fines de semana se llenan de patinadores, niños o perros. También me conozco de memoria la Casa de Campo, porque está muy cerca del cen­tro y tiene rutas muy chulas. Y luego está la Sierra, que es lo mejor que tenemos en Madrid y adonde suelo ir a escalar o pedalear. ¿Has ido a alguna Bicicrí­tica?

No… ¡Soy un activista solita­rio! Como mucho me junto con dos colegas, hacemos unos bocadillos y nos vamos por ahí de paseo. ¿Y cuando viajas? ¿Usas bici?

Siempre que he trabajado en Barcelona me he movido en bici, sí. Y en Valencia igual, porque es una ciudad estupenda para el ciclista. La verdad es que ir en bicicleta es lo más inteligente: si el centro de las ciudades se acotara a los coches viviríamos más sanos y de mejor humor, porque con la bici suben mucho las endorfinas y el buen rollo.

“Si el centro se acotara a los coches viviríamos más sanos y de mejor humor”

¿Qué tipo de ciclista eres?

Tengo que calmarme un poco, porque soy un pelín kamikaze. Me gusta ratonear, como en un videojuego: meterme por los recovecos, buscar los callejones menos transitados, pero siem­pre con mucho cuidado con los coches y respetando al peatón.

Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)
Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)

¿Ayuda la crisis a que haya más bicis?

No sé… Desde luego, yo veo cada vez más, y me parece una forma de ahorro muy razonable. Es un vehículo que sale muy barato, que apenas necesita mantenimiento y que se mueve con tu propia energía: más fácil y más barato, imposible.

¿Es una moda?

No, es inteligencia. Es mucho más razonable, inteligente, fácil y económico ir en bici. Si te mueves por una ciudad no demasiado grande, es lo mejor, lo más cómodo.

Ahora que te han robado las bicis… ¿Cuál te com­prarías?

Me gustan mucho las fixies, pero no sé si me sería cómo­do y práctico usar una todos los días. Me gusta su ligereza, y tienen pinta de ser muy divertidas, muy disfrutonas, pero no me veo usando una a diario.

¿Cómo te sientes después de ir en bici?

Más ligero. Más positivo… Veo la vida mejor. Todo fluye, porque haces ejercicio y, sobre todo, tú eres tu propio medio de transporte. Es una pasada.

¿Qué más deportes prac­ticas?

Escalo y surfeo, porque se disfruta mucho de la natu­raleza. También me encanta esquiar, es alucinante, muy parecido a volar. También me gusta correr, nadar… Mis deportes favoritos son aquellos que no me hacen sentir que me estoy macha­cando, sino jugando. Con el surf, por ejemplo, me siento como un niño jugando con las olas, vacilando a la fuerza de la naturaleza.

Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)
Hugo Silva en bicicleta (foto: Rubén Vega)

¿Y el cine, cómo lo llevas?

Feliz, porque hago lo que me gusta. Además, cada vez puedo cambiar más de perso­najes y prepararlos con más tiempo.

“Con el tiempo, acabas manejando la fama con naturalidad”

¿Te ha costado dejar de ser, simplemente, un chico guapo?

Eso es una cuestión de mer­cado… Mi trabajo es crear personajes, hacerlos creíbles, y todo lo demás es otra histo­ria. Está claro que cualquier peculiaridad de un actor, su físico, su carácter, viene bien, pero es un factor más que hay que saber gestionar y canalizar, no lo es todo.

¿Y la fama? ¿Cómo llevas que te paren por la calle?

Bien… ¡Se aprende a vivir con eso! Al principio era chocante, pero con el tiempo se con­vierte en una circunstancia más de tu trabajo que manejas con naturalidad. Si tuviera que preocuparme todo el rato de lo que piensan de mí me volvería loco… Así que paso olímpicamente, y sólo valoro lo que piensa de mí la gente que me quiere.

BIO Este madrileño, nacido en 1977, se ha convertido gracias al cine y la televisión en uno de los rostros más populares de España. La serie Los hombres de Paco disparó su popularidad, asentada con éxitos cinematográficos como Mentiras y gordas o Agallas. Ha sido tres veces candidato a los Fotogramas de Plata, y rueda ahora mismo con Álex de la Iglesia Las Brujas de Zugarramurdi.

LA BICI El día de las fotos Hugo tenía su Shimano en el taller, así que nos pidió otra montura para darse un paseo. La elegida fue una bicicleta alemana, la Schindelhauer Viktor. Con sólo 8,2 kilos de peso, cuadro de aluminio y una sola marcha, la Viktor tiene un precio de 1.350 euros en Bicichic.es.