Hubo un tiempo, allá por los primeros años 30, en el que el pesimismo era la tónica dominante entre la clase media estadounidense. El crack del 29 había acabado con los ahorros de buena parte de los ciudadanos, y el paro alcanzaba niveles alarmantes. Mientras la sociedad norteamericana trataba de superar el trauma, en Europa parecían quedar atrás los felices años 20, y el caldo de cultivo del fascismo cocía a fuego intenso. Ni siquiera los más catastrofistas podían imaginar que la que hasta entonces se conocía como la Gran Guerra iba a tener su réplica en un conflicto aún más sanguinario y global pocos años después.
Cabría pensar que en ese contexto de empobrecimiento generalizado y devaluación asfixiante, un vehículo tan asequible como la bicicleta cobraría un protagonismo esencial. Y sin embargo, no fue así a ambos lados del Atlántico. En Norteamérica, las dificultades económicas habían provocado que adquirir una bici fuera poco menos que un lujo, una excentricidad orientada a un uso puramente recreativo.
En ese clima de desánimo, los fabricantes no daban con la tecla para volver a reactivar el consumo del vehículo más democrático que existe. Hacía falta una chispa, un arrebato de la genialidad que siempre acaba aflorando en tiempos de crisis. Sólo era cuestión de tiempo.
El gran viaje
Cansado de la ínfima calidad de los neumáticos que le proporcionaban sus proveedores, el fabricante de bicicletas de Chicago Frank W. Schwinn, hijo de un emigrante alemán también artesano de las dos ruedas, decidió emprender un viaje al país de sus ancestros. De allí volvió con un invento que revolucionaría su negocio para siempre, las ballonreifen (neumáticos de balón). Aquellos neumáticos eran bien diferentes a los que estaba acostumbrado a montar en sus bicicletas. Gruesos y resistentes, llevaban años empleándose con éxito tanto en motocicletas como en bicicletas de la Alemania de posguerra. Podrían funcionar.
Frank W. Schwinn viajó a Alemania para volver con un invento que revolucionaría su negocio: los neumáticos de balón
De vuelta en Chicago, Schwinn montó aquellos neumáticos de balón de 26 x 2,125 pulgadas en llantas de acero, rediseñó los cuadros de sus monturas para hacerlos más amplios y resistentes y lanzó al mercado su nueva línea de bicicletas. Robustas, cómodas, resistentes y baratas. Acababan de nacer las cruiser, llamadas a hacer historia entre los amantes de las dos ruedas y pieza clave en el relanzamiento del ciclismo en EE UU durante las décadas siguientes. Desde aquel preciso instante, Schwinn se convertía en líder absoluto del mercado americano hasta que, en 1992, fuera adquirida por Pacific Cycles.
La vida es bella sobre una cruiser
Pedalear sobre una cruiser es… sencillamente distinto. Así lo creen los enamorados de este tipo de bicicletas, que se cuentan por miles en el mundo entero. David Macía, poseedor, precisamente, de una flamante Schwinn, destaca “su geometría, que las hace perfectas para pedalear, incluso para los no iniciados”. Este alicantino de 34 años se decantó por la célebre marca americana por su “indiscutible solera”, además de por ser la auténtica pionera y por la calidad de sus materiales.
“Su geometría las hace perfectas para pedalear”
Pero, ¿qué define exactamente una cruiser? Además de la mencionada medida de los neumáticos de balón (26 pulgadas), lo robusto de su cuadro y el característico centro de gravedad bajo que, junto a su conducción en posición completamente vertical, las hace cómodas como ninguna otra bici, las cruiser incorporan, casi siempre, el freno trasero de contrapedal y, por lo general, una sola velocidad, aunque es posible encontrarlas de tres, seis y hasta ocho marchas. Para gustos, los colores. Y en cuanto a colores… de estos también hay millones cuando hablamos de cruiser. Porque a la hora de personalizar una bicicleta, las playeras son las auténticas reinas. Al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta dejarse ver cuando va a la playa?
España, un paraíso para las cruiser
“En la actualidad, las bicicletas cruiser están bien posicionadas en el mercado”, cuenta Xavier Rivera, de la firma barcelonesa Hood Bikes. “Al ser una bici de paseo, cómoda y con diseño, tiene muchos clientes potenciales”. Sin embargo, aún existe cierto desconocimiento por parte de los españoles de unas bicicletas que están mucho más extendidas en otros países. “Por ejemplo, el freno de contrapedal, que es ideal para el ciclismo urbano, es algo que echa para atrás a muchos en España”, explica Xavier. Y aunque algunos creen que las características de una cruiser las convierten en bicicletas exclusivas para dar paseos por la playa, su versatilidad es un factor a tener en cuenta. “Es cierto que las ciudades con playa son ideales para introducir las cruiser, pero estas bicis pueden llevar cambios o incluso sistemas eléctricos, lo que posibilita su presencia en cualquier lugar de España”.
“España es el mercado perfecto para las bicicletas playeras, debido a su situación y su clima”
Esa es, también, la visión de firmas como United Cruiser, empresa francesa fundada en 2007 que está a punto de desembarcar en España. “Estamos presentes en países como Francia, Bélgica, Italia, Inglaterra, Polonia u Holanda, y hemos observado cómo está aumentando el uso de bicicletas en las ciudades españolas”, cuenta Julia Delgado, sales manager de la firma gala. “España es el mercado perfecto para las bicicletas playeras, debido a su situación y su clima”, explica. Por ello esperan “abrirse hueco poco a poco” en un sector para el que parecen venir días dorados, y más en esta época del año. Al fin y al cabo hablamos de una bicicleta perfecta para disfrutar del pedaleo sin prisas ni agobios. ¿Y qué mejor época del año que el verano para ello?
DE LA PLAYA A LA MONTAÑA
Entre los muchos méritos que pueden apuntarse las bicicletas cruiser, además de haber contribuido de manera decisiva a democratizar el uso de la bicicleta, está el de haber servido de inspiración para las bicicletas de montaña. En los años 70, aficionados a pedalear por la montaña como los californianos Gary Fishery Joe Breeze tuvieron la ocurrencia de modificar sus viejas Schwinn Excelsior con nuevos engranajes y varias marchas para hacerlas más funcionales en terrenos rocosos. Todo, de cara a competir en una popular carrera a la que bautizaron como Repack. Ante la creciente demanda de sus bicicletas, comenzaron a construir y comercializar unos modelos que desembocarían en la explosión de la mountain bike en los 80 de la mano de fabricantes como Mike Sinyard, fundador de Specialized y responsable de la fabricación en masa de la primera bicicleta de montaña de la historia, la Stumpjumper. El resto ya es historia.
RET ROD BIKES: LOCOS EN LA RED
Como ocurre con tantas otras cosas, Internet es el lugar en el que los amantes de las bicicletas cruiser cuelgan sus más preciadas posesiones. Y de la misma manera que ocurre con otros tipos de bicicleta, abundan los que customizan sus bicis playeras a partir de componentes adquiridos por separado. Entre los muchos sitios web dedicados al tema, un foro destaca sobre el resto: Rat Rod Bikes. Steve Audish, su responsable, lo puso en marcha en 2006, y desde entonces no ha parado de crecer. “Había estado trabajando en el foro de Schwinn, y me di cuenta de que había muchísimos apasionados de las cruiser customizadas, por lo que decidí crear mi propio foro sobre ellas”, cuenta a Ciclosfera desde el otro lado del charco. Steve ama las cruiser sobre todas las cosas. “Son geniales porque buscan la comodidad, el estilo y el disfrute, y no tanto la velocidad o la competición. Y sobre todo, porque las opciones de customizarlas son infintas”. Además del foro, un lugar con especial movimiento es su página de Facebook, que cuenta con más de 200.000 seguidores de todos los rincones del planeta. “En un 90%, gente que se ha vuelto completamente loca por este tipo de bicicletas. Como yo”, bromea Steve. Y para explicar el porqué de esa locura, nos manda algunas de sus preferidas.
OCHO CRUISER SUBLIMES
Ciclosfera selecciona ocho de las bicicletas cruiser más espectaculares que circulan por las calles del mundo. Si pudieras elegir una, ¿con cuál te quedarías?
Electra Courier. Inspirada en las motocicletas clásicas, este modelo de Electra hará las delicias de los que aman el diseño más resultón. Toda una seña de identidad de San Diego, California, de donde es originaria. Y por si fuera poco, la Courier viene avalada por una de las marcas más punteras en el mundo de las cruiser.
Sman. ¿Una cruiser de madera? ¿Por qué no? Esa es la máxima de esta firma de cruisers creada por el diseñador Arnold Van Der Sman, que ha querido combinar su pasión por la carpintería con su amor por las bicicletas. En su web hay infinidad de modelos, a cada cual más singular.
Phat Longboard. Si lo que buscas es pedalear a dúo y de la manera más ‘cool’, este llamativo tándem de Phat Cycles es una gran elección. Absolutamente explosivo. Y según sus responsables, el tándem más cómodo jamás construído gracias, entre otras cosas, a sus siete velocidades.
Felt MP. ¿Te va el estilo militar? Entonces esta Felt está pensada para ti. Un auténtico tanque (de aluminio, eso sí) que incorpora una práctica bolsa para transportar herramientas… o la crema solar. Para hacer de la ciudad tu campo de batalla particular ¡A las barricadas!
Kustom Coaster III. Una de esas bicicletas que nunca verás por la calle… a no ser que conozcas a su dueño. Ed partió de un cuadro de la marca Glide para, desde ahí, construír la cruiser de sus sueños: cambio Sturmey Archer, sillín Brooks, un faro frontal insólito… son tantos los detalles que su obra maestra merecería un reportaje propio.
Bel Air Basman. Si hay coches hermosos y legendarios, ¿por qué no tomarlos como inspiración para crear una bicicleta a su imagen y semejanza? Eso es lo que se le ocurrió al dueño de esta impecable bicicleta, para cuyo diseño partió del Chevrolet Bel Air. Un homenaje a los añorados y rockeros años 50.
Villy Custom Kingston Series. Puede que Dallas (Texas) no tenga playa. Pero eso no es impedimento para que la ciudad albergue varias de las firmas de cruiser más reputadas de EE UU, como Villy Customs. Su serie Kingston, inspirada en la capital jamaicana, es una de sus más laureadas. Paz, hermanos.
Schwinn Super Deluxe. La firma más clásica y legendaria de la historia de las cruiser, en su modalidad más deportiva y lujosa. La Super Deluxe de Schwinn cuenta con cambio de buje interno de dos velocidades, amortiguador delantero, soporte integrado para llevar un vaso… y toda la calidad y buen hacer marca de la casa.