En primer plano
La bici tiene en esta película un papel preponderante: el protagonista, un entrañable hombre-niño que inaugura la saga de personajes exóticos que Tim Burton ha desplegado en toda su filmografía, se mueve en una bici muy llamativa, hasta que se descuida y se la roban.
Ahí empieza un derrotero enloquecido que lo lleva de California a El Álamo, Texas, por consejo de una estafadora que se hace pasar por vidente. La trama hace una cabriola hasta llegar a un insólito desenlace de autopromoción que desemboca en los mismísimos estudios Warner, donde un niño sediento de fama va a protagonizar una película en la que planea montar la bici robada.
¿Disparate? Aquí (casi) todo lo es: el filme está planteado estéticamente como una ficción de dibujos animados, y respira atrapado en una extraña atmósfera (algo lógico, sumando los perfiles de Burton y Reubens) que oscila entre el esperpento, la comedia extravagante y la poesía.
Parodia de un clásico
Ladrón de bicicletas (1948) ha sido muchas veces considerada la mejor película de todos los tiempos: seguro que su director, Vittorio de Sica, no imaginó que alguna vez Hollywood se animaría a producir una parodia de esa historia dramática y emotiva, cumbre del neorrealismo.
Pero ocurrió: en 1985, Warner Bros. contrató a Tim Burton, 27 años en ese momento y apenas autor de dos brillantes cortos, Vincent y Frankenweenie, para dirigir un relato similar pero en clave de humor, aprovechando el éxito que el comediante Paul Reubens había conseguido con el mismo personaje en una serie televisiva y un especial en HBO.
La película se filmó con un presupuesto de siete millones de dólares y recaudó más de cuarenta.
Filmada en California y Texas, la película funcionó muy bien comercialmente: se filmó con un presupuesto bajo, siete millones de dólares, pero recaudó más de cuarenta. Cuatro años más tarde, Warner le confió a Burton la dirección de Batman (1989).
El fan
El retrofuturista modelo de bicicleta de Pee-wee, creado especialmente para la película, sedujo a un anónimo fan que la compró en 2010 por 10.000 dólares. Hizo un gran negocio: cuatro años después la vendió en eBay por 36.600 dólares.
Su actual dueño, que vive en Estados Unidos… ¿la usará para ir de un lado a otro o la guardará bajo llave, como una exótica pieza de colección? Roja y blanca, de aspecto aerodinámico y con dos grandes maletas rígidas en lugar de alforjas, esta psicodélica montura es montada con enorme pericia y bastante inconsciencia por Paul Reubens, en uno de los grandes atractivos del filme.
Las dos secuelas
El éxito de La gran aventura de Pee Wee motivó a Warner a producir dos secuelas. La primera, sin el actor original, es Big Top Pee-wee (1988). Con Penelope Ann Miller, Valeria Golino y Kris Kristofferson en el elenco, tiene como escenario principal un circo y supuso el primer papel en Hollywood del puertorriqueño Benicio del Toro.
La otra, titulada Pee-wee’s Big Holiday y estrenada en 2016 directamente por Netflix, supuso el regreso de Paul Reubens al personaje, quien ahora trabaja en una cafetería y emprende un divertido viaje a Nueva York para asistir al cumpleaños de un nuevo amigo, interpretado por Joe Manganiello.
Ninguna fue un éxito. La música de los dos primeros largometrajes de la saga es de Danny Elfman, habitual socio de Tim Burton, mientras que la banda sonora del tercero es responsabilidad de un músico de culto, Mark Mothersbaugh, líder de la gran banda de new wave Devo.
Un comediante freak
Sí, el personaje interpretado por Reubens es entrañable, pero también algo inquietante. Es un adulto con modales de niño, extremadamente amanerado, que profiere con frecuencia una especie de risita histérica y se mueve en un entorno de cotillón que él mismo creó para refugiarse de un mundo demasiado hostil.
Reubens tiene un estilo de actuación ambiguo, parecido al de Jim Carrey: son capaces de provocar con un mismo papel empatía, asombro e incomodidad. En su vida privada el actor, que hoy tiene 70 años, fue víctima de la hipocresía moralista norteamericana cuando en 1991 fue arrestado por exhibicionismo, al ser descubierto masturbándose dentro de un cine para adultos en Sarasota, Florida: a partir de entonces su carrera se derrumbó.