Se fue a vivir un año a Hanoi, pero se enamoró y se quedó casi cuatro. Loes Heerink tiene 27 años, trabaja en una empresa de comunicación y tiene pendiente volver a Vietnam para rematar Vendors from Above (Vendedoras desde arriba), un libro de fotos donde retrata, desde puentes, a las vendedoras ambulantes de la ciudad. “Me fascinaron los colores de sus mercancías”, cuenta desde Amsterdam. “Son ellas quienes colorean la ciudad”.
En su opinión Hanoi es adorable, bastante verde y llena de cosas que hacer. La comida es buena, el tiempo agradable y, sobre todo al alejarnos de las zonas turísticas, la gente es muy afable. “Una vez, yendo en bicicleta al trabajo”, cuenta, “la cadena se enganchó y me caí. Al intentar arreglarla me puse las manos y el vestido perdidos, dos enormes bandas de grasa decoraban mi cara y me sentí incapaz. Desesperada, me senté en la acera, pero antes de que pudiese darme cuenta un hombre había venido con unas herramientas y arregló la bici. Además, me invitó a entrar a su diminuta casa y lavarme: en un santiamén había solucionado todos mis problemas”.
Sin distracciones
Aunque las imágenes de Vendors from Above ya han circulado por la Red, el proyecto de Heerink va más allá: además de fotografiarlas, quiere entrevistar a estas mujeres “para compartir sus vidas, que son realmente interesantes”. El poder centrarse en ellas fue, precisamente, lo que la llevó a subirse a los puentes para retratarlas: “No quería que nada me distrajese. Hanoi es muy bulliciosa, y todo lo que pase al fondo de la imagen nos haría perder la atención. Por eso opté por mostrarlas desde un ángulo más alto”.
“Siempre recomiendo fotografiar cosas que te fascinen. Busca qué te interesa y piensa en cómo capturarlo”
Armada con su Canon 6D, Heerink se dedicó de forma metódica a ello. “Siempre recomiendo fotografiar cosas que te fascinen. Busca qué te interesa y piensa en cómo capturarlo. Con las vendedoras, salía de casa con una meta: sabía qué iba a fotografiar y cómo hacerlo. A veces tenía que improvisar pero, más o menos, sabía con qué clase de imágenes volvería”.
Influenciada por fotógrafos como Brock Elbank, Chris Burkard, Ray Collins o Joel Sartore, Heerink es también una gran aficionada a la bici. “Soy holandesa, así que lo llevo en el ADN. No tengo coche, pero sí dos bicicletas que uso para casi todo. En Hanoi… Pedalear en medio del tráfico era un poco agobiante, sobre todo en verano, así que a veces también usaba una moto”.