“No es por el dinero, sino porque se haga justicia y, por supuesto, porque tengo muchos amigos ciclistas a los que no quiero que les pase nada igual”. Lo cuenta Elia por teléfono, y también rememora su historia. “Era el 5 de junio de 2013, a las siete y media de la tarde. Circulo de forma reglamentaria con mi bici por el carril derecho de la Avenida de Asturias, Madrid, en dirección a Plaza de Castilla. He quedado con un amigo en el centro, y llevo casco y chaleco reflectante”.
Un día normal… Hasta que algo se tuerce. “De repente”, cuenta Elia, “siento un fuerte impacto por detrás en un tramo recto y cuesta arriba. Vuelo por los aires durante lo que me pareció una eternidad… Un Seat Ibiza me había arrollado. No oí un pitido, ni un frenazo, ni nada que me hiciera sospechar el accidente. Durante unos instantes volé por el cielo preguntándome qué había pasado y dónde iba a caer. Finalmente caigo al suelo aturdida y dolorida, me siento, compruebo que muevo las piernas y enseguida acuden unas decenas de personas que me dicen que no me mueva. Al rato, llegan unos policías de una comisaría cercana, poco después una ambulancia. Me ponen collarín y me llevan al hospital”.
Elia tiene suerte: cae sobre el trasero, tiene contusiones y politraumatismos, pasa toda la noche en observación en el Hospital de La Paz y, finalmente, le dan el alta. Durante las semanas siguientes no puede realizar actividades cotidianas como trabajar, vestirse o asearse, y empieza a extrañarse: ni la conductora del vehículo que la ha atropellado ni ninguna aseguradora la llaman para hacerse cargo de los daños y los gastos: una bicicleta destrozada, ropa rota, casco “tocado”… Poco más de 800 euros.
Falta de escrúpulos
¿La conductora? Esa es otra historia. “Era una chica algo mayor que yo”, cuenta Elia. “Del montón. Tras el accidente, estaba más asustada que yo, incluso tuve que tranquilizarla. Vino conmigo en la ambulancia y me preguntó si la iba a denunciar. En el juicio… Dio una clase magistral de cinismo y falta de escrúpulos”, cuenta Elia.
Juzgados de Plaza Castilla, unos meses después. En el juicio, la conductora (que conducía el coche de una amiga) asegura que “la bici ha atropellado al coche”. La conductora dice que la bicicleta de Elia ha invadido de repente su carril, chocando contra su vehículo “que no iba a más de 30 kilómetros por hora”. La conductora sale absuelta por falta de pruebas. “Creo que la jueza dictó sentencia en un momento, sin complicarse la vida”, dice Elia. “El informe de la policía, que yo pensaba explicaría lo sucedido, estaba lleno de contradicciones y no decía nada claro. No tenía teléfonos de testigos. Recurrí pero reafirmaron la sentencia”.
Pero la historia ya casi se convierte en cómica cuando, unos meses después, en junio de este año, Elia recibe una carta de la aseguradora MMT (Mutua Madrileña del Taxi) reclamando más de 500 euros por los daños del coche en el parachoques delantero. “Lo del dinero no me hizo ninguna gracia”, explica la ciclista, “pero sobre todo me indigna que estas cosas pasen, que esa sea su forma de actuar. Me han contado más casos, y siempre pasa lo mismo… Yo pequé de inexperta y bienintencionada, pero quiero que otros sepan cómo actuar”.
Qué hacer tras un accidente
Elia lo tiene claro: “Lo primero, lleva casco. Cuando tuve el accidente ni me di cuenta de haberme golpeado en la cabeza, pero después vi que el casco tenía un buen rasguño. Y después, si estás consciente, actúa. Haz fotos de todo lo sucedido, de todo lo que se te ocurra. Si hay testigos contrasta con ellos lo sucedido y pídeles el nombre y el teléfono. No te fíes de que otros, como la policía, vayan a hacer bien su trabajo. Perita los daños, que quede todo muy claro. Busca un abogado especializado en este tipo de accidentes, porque hay muchos resquicios y circunstancias que hay que conocer en profundidad. Y prepárate, porque hay gente dispuesta a cualquier cosa”.
Desde entonces, Elia no ha vuelto a montar en bicicleta por Madrid. Hizo una ruta en Semana Santa, pero no circula por ciudad, porque “o voy por la acera, que no es la solución, o voy con mucho miedo”. Elia ha puesto una denuncia en Change.org para que la MMT retire la denuncia. ¿La apoyamos?