Sabido es: en un western, los personajes montan a caballo. Como los sombreros de cowboy, las botas con espuelas o las pistolas, es parte de su iconografía. Sin embargo, en Dos hombres y un destino hay una escena en la que Butch Cassidy, el personaje de Paul Newman, pasea en bicicleta con Etta Place (Katharine Ross), la maestra de escuela amante de Sundance Kid pero que también coquetea con él.
Un triángulo sentimental que recuerda al que armó François Truffaut en la magnífica Jules et Jim (1962). La secuencia del paseo en bicicleta está musicalizada con una celebérrima canción de Burt Bacharach, Raindrops Keep Fallin’ on My Head, y es un momento especial de la historia: los dos protagonistas están relajados, sintiéndose libres al menos por un rato de la tensión de los robos y los enfrentamientos en los que están involucrados la mayor parte del tiempo, y también porque revela la singular relación entre la mujer y ellos dos.
Media hora después, la bicicleta vuelve a aparecer en la película: esta vez Cassidy la empuja hacia un charco mientras grita “¡El futuro es tuyo, inmunda bicicleta!”. La bici representa en el filme un cambio de época: ya se vislumbraba el ocaso del Viejo Oeste, un tiempo en el que el salvaje y anárquico estilo de vida de los forajidos empezaba a desaparecer ante la modernización y el avance de la tecnología. Butch Cassidy y Sundance Kid lo saben, por eso deciden cambiar de aires y probar suerte en Sudamérica.
Gotas en mi cabeza
Raindrops Keep Fallin’ on My Head, canción de fondo de la célebre escena, fue compuesta por Burt Bacharach, un músico excepcional nacido en 1928 en Kansas City y fallecido en 2023 en Los Ángeles, donde desarrolló buena parte de su carrera escribiendo éxitos para Dusty Springfield, Tom Jones y The Carpenters, o famosas bandas sonoras para Alfie (1966), Casino Royale (1967) o ¿Qué hay de nuevo, Pussycat? (1965), el debut cinematográfico de Woody Allen como actor y guionista.
La película se estrenó en 1969 y fue un éxito: costó seis millones de dólares pero recaudó más de cien por el tirón comercial de sus dos estrellas masculinas
El ligero y optimista tema de Bacharach se convirtió en un éxito gracias a su aparición en la película, que incluye una versión instrumental y una cantada, la de la escena de la bicicleta, por B.J. Thomas. Thomas, popular vocalista de pop y country en aquellos años, sufría una laringitis durante la grabación, y tuvo que repetir una decena de tomas hasta que el resultado satisfizo a un exigente Bacharach.
Éxito de taquilla
Butch Cassidy and the Sundance Kid, título original de la película, se estrenó en EE UU en 1969, y fue un gran éxito: costó seis millones de dólares pero recaudó más de cien, en gran parte por el tirón comercial de sus dos estrellas masculinas, Paul Newman y Robert Redford, que en 1973 repetirían con el mismo director, George Roy Hill, en El golpe, obra maestra que obtendría un éxito todavía mayor.
Graduado en la Universidad de Yale, soldado de la Armada de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y piloto de combate en la guerra de Corea, George Roy Hill dirigió entre estas dos películas, en 1972, una adaptación de la imprescindible novela Matadero cinco, de Kurt Vonnegut, pero nunca le fue tan bien como con Newman y Redford.
Por El golpe ganó el Oscar al mejor director al que también fue nominado por Dos hombres y un destino, pero en esta ocasión se lo llevó John Schlesinger por Cowboy de medianoche.
Óscar y Fama
Dos hombres y un destino ganó cuatro Oscar: Guión original (William Goldman), Fotografía (Conrad L. Hall), Banda sonora original (Burt Bacharach) y Canción original (Burt Bacharach, letrista, y B. J. Thomas, cantante, por Raindrops Keep Fallin’ on my Head).
Fue el primer gran éxito protagónico de Robert Redford, que ya había aparecido en grandes títulos como La jauría humana (Arthur Penn) o Descalzos en el parque (adaptación de la obra teatral que lo hizo conocido en Broadway), pero que ascendió al estrellato tras esta sociedad con Paul Newman.
Newman, once años mayor que Redford, ya era famoso por La gata sobre el tejado de zinc, El buscavidas y La leyenda del indomable antes de formar dupla con Redford. Ninguno tuvo mucha suerte en los Oscar: Redford sólo lo gano como director en 1981 por Gente corriente (además de otro honorífico en 2002), mientras que Newman recibió uno honorífico por su trayectoria en 1986 y, al año siguiente, ganó otro merecidamente por El color del dinero, de Martin Scorsese.
Un nombre, un festival
La película fue clave para la carrera de Redford: tanto que, muchos años después, el personaje de Sundance Kid daría nombre a uno de los festivales de cine más importantes: Sundance Film Festival.
Butch Cassidy y Sundance Kid existieron en la vida real. Se llamaban Robert Leroy Parker y Harry Longabaugh y eran los líderes de una pandilla dedicada a asaltar bancos y trenes
En realidad, el evento nació en 1978 con el nombre de Utah/US Film Festival (la primera edición se celebró en Salt Lake City, con el doble propósito de atraer rodajes a la zona y servir de escaparate a las mejores producciones independientes del país), pero se mudó en 1981 a Park City (Utah) tras el consejo de Sidney Pollack (director de cine y buen amigo de Redford, que pensó que celebrar un evento así en un lugar idóneo para esquiar resultaría más atractivo). El festival no sería rebautizado como Sundance Film Festival hasta 1991.
La historia verdadera
Butch Cassidy y Sundance Kid existieron en la vida real. Se llamaban Robert LeRoy Parker y Harry Longabaugh y eran los líderes de una pandilla dedicada a asaltar bancos y trenes conocida como The Wild Bunch (La pandilla salvaje). Murieron en Bolivia durante un tiroteo con la policía local, tras vivir (como cuenta la película) durante unos años en Argentina.
Llegaron a Buenos Aires en 1901 con identidades falsas, James Ryan y Harry Place, y se mudaron pronto a Chubut, una provincia del sur del país, dedicándose a la cría de ganado aunque sin abandonar del todo los robos. No en vano, perpetraron el primer asalto de la historia a un banco argentino (fue en Río Gallegos, Santa Cruz, en 1905), después asaltaron un banco más en San Luis y huyeron a Chile, desde donde llegaron a Bolivia.
Allí continuaron su raid delictivo hasta que, en 1908, el ejército los cercó en el pueblo de San Vicente. Sundance Kid sufrió una herida grave en ese enfrentamiento: Butch Cassidy decidió matarlo y suicidarse antes de caer en manos de sus perseguidores. Etta Place no estaba con ellos y su destino es un misterio: unos dicen que se quedó en Argentina y también se suicidó, mientras otros aseguran que volvió a EE UU y murió en San Francisco o que regresó a Oregón, donde volvió a trabajar como profesora.