Que existen conductores que no tienen la suficiente consideración hacia los ciclistas es un hecho indiscutible: todos nos los hemos cruzado en alguna ocasión en la calzada. Pero difícilmente podríamos imaginar que en la mente de un numero muy elevado de esos conductores hay una percepción tan distorsionada como la que ahora ha puesto encima de la mesa un estudio: más de la mitad de los conductores considera “menos que humanos” a los ciclistas.
Esa es, al menos, la principal conclusión a la que han llegado los autores de un estudio coordinado por la investigadora Alexa Delbosc, del Monash Institute of Transport Studies de Victoria (Australia), que incluso ha utilizado una imagen muy gráfica de la evolución insecto-humano para ilustrar la percepción que tienen algunos del colectivo ciclista, al que muchos conductores comparan habitualmente con “cucarachas” o “mosquitos”, según la propia Delbosc.
El 17% de los conductores admitieron que usaban su vehículo para “bloquear deliberadamente a un ciclista”
“En muchos países las actitudes hacia los ciclistas son en muy negativas”, apuntan los autores de la investigación. “La violencia contra los ciclistas es frecuente, y un importante número de ellos denuncian el acoso y la agresión constantes. Nuestra hipótesis es que estas actitudes y comportamientos hostiles son causados, en parte, por la deshumanización de los ciclistas entre algunos conductores. La deshumanización se refiere a cualquier situación en la que las personas son vistas o tratadas como si no fueran totalmente humanas”, añaden.
Además de esa mitad de los consultados en el estudio, el 17% de los conductores admitieron que usaban su vehículo para “bloquear deliberadamente a un ciclista, el 11% había conducido su coche deliberadamente cerca de un ciclista y el 9% había usado su automóvil para cortar el paso a un ciclista”.
Una coautora del estudio, Narelle Haworth, sugiere que deberíamos dejar de usar las palabras “peatonal” y “ciclista”, por ser “despersonalizadas” en favor de “las personas que andan en bicicleta”. “Si podemos ponerle una cara humana a los ciclistas, podemos mejorar las actitudes y reducir la agresión dirigida hacia ellos. Esto podría resultar en una reducción del número de accidentes y un aumento en la aceptación pública de los ciclistas como usuarios legítimos de la carretera”, concluyen los investigadores.