Sobre el papel parecía una gran idea: reparto de mercancía en bicicleta, flexibilidad horaria, sostenibilidad y, sobre todo, más bicicletas en las calles. Sin embargo, las condiciones laborales de empresas como Deliveroo, que ya denunciamos con un amplio reportaje en Ciclosfera, han llevado a sus trabajadores a decir basta: este domingo, muchos de ellos se plantaron y organizaron una huelga convocada por la Confederación General de Trabajo (CGT) y a la que se han unido trabajadores de Madrid, Barcelona y Valencia.
Los riders de la Deliveroo denuncian las presiones de la empresa para que firmen un nuevo contrato que pone en jaque algunas de sus condiciones de trabajo más básicas. “Los objetivos son tres: que reincorporen a los 15 trabajadores despedidos en toda España como represalia por divulgar la huelga, que nos aseguren un mínimo de 20 horas semanales y que nos garanticen un mínimo de dos pedidos por hora”, explicó Eve Llagostera, rider de Barcelona, al diario El País.
La huelga de los trabajadores de Deliveroo, que se han agrupado en la plataforma ‘Ridersxderechos’ bajo el lema “No compres, no vendas, no explotes”, se produjo en la franja de máxima actividad de la semana; entre las 20 y las 23 horas. La empresa se ha comprometido a realizar ciertos ajustes que favorecen a los repartidores, como permitirles trabajar en paralelo para otras compañías o mejorar el estatus de quienes sean autónomos dependientes, pero no garantiza mínimos.
Un salario exiguo… y de autónomos
Hasta el mes pasado existía un pacto tácito entre Deliveroo y sus repartidores que garantizaba 85 euros semanales a los que reparten en bicicleta y 90 para los motoristas. Traducido al salario, eso equivale son 340 y 360 euros respectivamente*.* El problema es que el número de repartidores ha crecido en mayor medida que los pedidos que recibe Deliveroo, de modo que muchos pasan las horas en la calle esperando ser movilizados sin que llegue a sonar su móvil. A eso se le añade un factor nada menor: los trabajadores de Deliveroo han de ser autónomos, por lo que el hecho de tener que pagar la cuota reduce sus ganancias hasta cifras prácticamente ridículas.
Y es que el funcionamiento de Deliveroo es, cuanto menos, cuestionable. Los ‘riders’ indican su disponibilidad a través de una app y la compañía les envía, días después, su horario de trabajo semanal. Cuando están de guardia, deben acudir a un punto de encuentro donde esperan a que les salte una alerta en su teléfono, a partir de la cual cuentan con un margen de 30 minutos para realizar la entrega. Los ciclistas cobran 4,25 euros por pedido, que ascienden a 4.50 en el caso de los motoristas. Hasta ahora, si los repartidores trabajaban cuatro horas en un turno y no tenían pedidos, Deliveroo les pagaba por valor de ocho, el resultado de dos por hora. Ahora se vuelven de vacío a casa.
Durante la huelga, el hashtag #deliverooexplota fue trending topic y las redes sociales se volcaron con la causa mostrando su apoyo a los trabajadores de la empresa, a los que desde Ciclosfera también queremos dar todo nuestro calor y comprensión. Porque aunque el reparto en bicicleta es el futuro, no todo vale.