Situada en el número 35 de la calle Monteleón, en la céntrica zona madrileña de San Bernardo, Fixedland es uno de esos pequeños negocios que contribuyen a hacer del mundo de las bicicletas de piñón fijo algo cercano, casi familiar.
Una tienda-taller dividida en dos plantas, abierta en diciembre del año pasado, y en la que los aficionados a este tipo de bicicletas pueden encontrar todo lo relacionado con ellas: desde rastrales hasta horquillas, tijas o pedales. Cuadros, sillines, luces y todo tipo de recambios… Pero también zapatillas Vans y una selección de camisetas, sudaderas y accesorios. Todo lo necesario para equipar al ciclista urbano.
No sólo fixies
“Empezamos trabajando online hace dos años”, cuenta Alfredo Martínez, madrileño de 31 años y dueño de Fixedland. “Antes estábamos en Cuatro Caminos, donde compartíamos la tienda con otra gente que trabajaba el mundo del skate y también la bicicleta, pero poco después, en abril, nos mudamos a Monteleón y estamos encantados con la respuesta de la gente”. Un perfil de cliente que generalmente tiene entre 18 y 30 años, aunque hay de todo. “Ha venido gente de más de 50 años a interesarse por nuestras bicicletas”.
Pero ¿por qué fixies? “Estuve viviendo una temporada en Londres, donde me moví mucho en bici” cuenta Alfredo. “Conocí el fenómeno fixed y me interesé mucho por él. Cuando volví a España, apenas se conocía, por lo que decidimos montar un negocio”, recuerda.
Eso sí, aunque su especialidad son las bicicletas de piñón fijo, Alfredo insiste: “nos interesa la bici urbana en general. Lo importante es que cada vez hay más gente en bicicleta por las calles de Madrid. Y eso nos beneficia a todos”.