Forma parte del imaginario colectivo y universal, alimentado a base de un sinfín de películas, canciones y obras literarias: la aventura de cruzar Estados Unidos. El horizonte infinito de una carretera que nunca termina. Frondosos bosques y desiertos sin apenas vida. Lagos y ciudades, moteles de carretera junto a gasolineras abandonadas. En resumen, el camino, como gran metáfora de la propia vida.
Probablemente debido a la pantagruélica distancia que separa ambas costas del país, más de 4.000 kilómetros, la cultura ha contemplado ese recorrido casi siempre desde la óptica del conductor de un coche de eterno capó y llantas polvorientas. Pero… ¿por qué no cruzar Estados Unidos a lomos de una bicicleta? Un auténtico sueño para muchos ciclistas que, dentro de poco, será posible hacer realidad.
A pie, en bici… o a caballo
El llamado Great American Rail-Trail (gran trazado ferroviario americano) cruzará todo el país desde el estado de Washington, en el extremo noroeste, hasta la capital, Washington DC, ubicada en la costa este. En total, 6.000 kilómetros que cruzan 12 estados, y de los que ya están completados unos 3.300 en forma de 145 tramos. Al frente de todo el proyecto, la organización sin ánimo de lucro Rail-to-Trails Conservancy (RTC), que desde 1986 trabaja para construir una extensa red de senderos en todo el país.
“Los trazados ferroviarios son caminos públicos creados a partir de antiguos corredores ferroviarios”, nos explica Brandi Horton, vicepresidenta y encargada de comunicación de RTC. “Se trata de rutas completamente llanas o con una pendiente muy suave, lo que hace muy sencillo el acceso para toda clase de gente. Es una excelente manera de disfrutar al aire libre de muchos tipos de actividades: caminar, montar en bicicleta, patinar, practicar esquí de fondo o montar a caballo, según las normas que establece cada comunidad local”.
Pero, como todo buen camino, también exige esfuerzo. Y llegar hasta aquí no ha sido tarea sencilla: “La idea de crear un antiguo trazado ferroviario que atravesase los Estados Unidos ha estado encima de la mesa desde mediados de los 80”, relata Brandi, “y para conseguirlo hemos tenido que trabajar codo con codo con toda clase de organismos e instituciones de ámbito local, estatal y federal”. Y, del mismo modo, también han tenido que conseguir dinero: hasta ahora el proyecto ha recaudado más de 4 millones de dólares en fondos públicos y privados, una cantidad más que razonable si se tiene en cuenta que el objetivo es que, una vez finalizada, la infraestructura preste servicio a más de 50 millones de personas cada año que podrán disfrutar de entornos muy distintos entre sí.
"Ya han sido construidos 3.300 kilómetros de The Great American Rail-Trail, que recorren todo tipo de maravillas del país.
Y es que, si algo tiene de excepcional un país como Estados Unidos, es la variedad de sus paisajes. A lo largo de los 3.300 kilómetros de The Great American Rail-Trail que ya han sido construidos, el afortunado ciclista que tenga oportunidad de rodar por ellos encontrará maravillas como las verdes cumbres del estado de Washington, los encantadores puentes de Maryland, las grandes llanuras de Nebraska o las orillas del lago Michigan en Illinois. Lugares con una bajísima densidad de población en plena América profunda, pero también urbes como Des Moines (Iowa), Pittsburg (Pensylvania) o la capital, Washington DC.
A buen seguro, el ciclista que se aventure a recorrer The Great American Rail-Trail, especialmente si no conoce el país en profundidad, encontrará grandes dosis de amabilidad a su paso. Porque, lejos de la imagen que del país tenemos a menudo en otras latitudes del planeta, el estadounidense medio se caracteriza por su hospitalidad. El que ha viajado más allá de las grandes ciudades lo ha podido experimentar de primera mano: el ciudadano de la América profunda es, por lo general y ante todo, buena gente. Y como todo cicloturista sabe bien, un viajero en bicicleta siempre es bien recibido, mucho mejor que aquel que llega a bordo de un coche.
El impulso tras la pandemia
Al igual que en otros países, el ciclismo se ha vuelto particularmente popular en EE UU tras el confinamiento. Un auge para el que infraestructuras como The Great American Rail-Trail han jugado un importante papel. “La pandemia ha puesto a prueba a nuestras comunidades, y demostrado el increíble valor que brindan los senderos y la infraestructura de transporte activo”, reflexiona Brandi. “Desde el comienzo de la pandemia”, añade, “el uso de vías ciclistas ha aumentado más del 60% en todo el país. Cada vez más personas están incorporando el caminar y el ciclismo a su vida diaria”.
“Desde el comienzo de la pandemia el uso de vías ciclistas ha aumentado más del 60% en EE UU. Cada vez más personas están incorporando el caminar y el ciclismo a su vida diaria”.
Y es que, en opinión de Brandi, “la gente quiere disfrutar del aire libre, no sólo por hacer deporte y cuidarse sino también para vivir momentos únicos”. Momentos que han recopilado en redes sociales con el hashtag #TrailMoments, con el que ciudadanos de toda condición comparten sus experiencias en un camino que, quién sabe, quizá en un futuro próximo también pase a formar parte del imaginario colectivo y universal.
¿LA RUTA 66 DE LA BICI?
Si algo viene a la cabeza cuando uno piensa en cruzar Estados Unidos es la inmensamente popular Ruta 66. Conocida como ‘The Main Street of America’ (La calle principal de América) o ‘The Mother Road’ (La carretera madre), fue señalizada por primera vez en 1927 y retirada de la red de carreteras en 1985 al ser reemplazada por la Red de Autopistas Interestatales del país. Sin embargo, su influencia en la cultura popular es inmensa, con incontables referencias en cine, literatura, música y televisión y una relación directa con fenómenos como el auge de las motocicletas Harley Davidson. Ahora, The Great American Railtrail llega como un signo de los nuevos tiempos, en los que la historia ya no se escribe con humeantes y ruidosos vehículos motorizados sino con gráciles bicicletas. Al fin y al cabo, hay pocas maneras más idóneas de conocer la esencia de un país y la magia de sus paisajes.