El aire huele a desengrasante, grano de café tostado y cuero de tercera generación. El susurro de la Marzocco GB5 se diluye entre el movimiento de teclas contra el portátil y el impacto de botellines sobre madera trasnochada. La estética es vintage con implantes ‘street art’: diáfana, anárquica, Rock&Roll artesanal. La Bicicleta es el primer Cycle Café de Madrid: un homenaje a la cultura del velocípedo y un desafío a la lógica empresarial. Aparca la bici en el interior. Hincha las ruedas. Ocupa espacio. Quédate. Escribe. Bebe. Lee. ¿Qué es? La vida en ‘slow motion’.
El concepto surgió en Canadá en 1992 y la idea recorrió Europa. El Jet Fuel Coffee Shop de Toronto fue el primer espacio en fusionar bicicletas/café, una excusa para coordinar esfuerzos, un punto de encuentro donde reivindicar el velocípedo como medio de transporte y estilo de vida. El número 519 de Parlament Street selló las primeras salidas colectivas a dos ruedas por la ciudad y las inyecciones industriales de cafeína -probablemente el ergogénico más consumido en el ciclismo- tatuaron amistades eternas.
Un concepto universal
La idea se exportó sin patente, y el viejo continente inauguró el s.XXI con santuarios a la bicicleta diseminados por las principales capitales. La fórmula es homogénea en Berlín y Beijing: un lugar de referencia para aficionados pero, sobre todo,un ‘brainstorming’ global para diseñar un modelo inspirado en cultura y sostenibilidad. Repara un pinchazo. Reivindica un carril bici.
La estética de este tipo de negocio defiende esa línea de pensamiento ecológico. Diseño industrial inspirado en el reciclaje.Los Cycle Coffee apuestan por la arquitectura añeja: un guiño a los orígenes de la bicicleta, el invento impecable. Su esencia permanece inalterable desde 1817, Karl Drais y su vehículo de propulsión humana. En 1885 se comercializó el primer modelo de transmisión de cadena y, desde entonces, pocos cambios. Sólo la revolución industrial debilitó la bicicleta, pero la lógica se ha impuesto a la esquizofrenia tecnológica.
Los bares ciclistas son minirrevoluciones silenciosas. Enclaves sigilosos para reivindicar nuevos modelos sostenibles o, simplemente, lugares amables para utilizar su caja de herramientas y centrar la llanta trasera, beber un ‘maquiatto’ con grano de café recién tostado o disfrutar en séquito del ascenso al Tourmalet. Pedalear, repostar. Pedalear, repostar. Es el ciclo de la vida.
1. El Ciclista (Barcelona)
Este lugar tiene un trasfondo de amor personal al único medio de transporte generador de alegría.
Recuerdo la primera vez que me subí a un velocípedo, pero no mi primer trago de cerveza. En todo caso, fusionamos ambos conceptos.
Recomiendo el Vodka Tonic ahumado al gusto, pero trabajamos 50 tipos de ginebra diferentes.
Minimalismo romántico y ambientación industrial. Siempre con el reciclaje como raíz.
Recomendación espacial: El sofá chester junto a la cabina del DJ.
Barcelona ha evolucionado en concienciación a nivel salud, ahorro y comodidad. Y las bicicletas son parte de ese nuevo escenario. ¡Larga vida!
2. Smarter than car (Beijing)
Somos cofundadores del Vintage Ride Beijing: Un paseo inspirado en la Londres Tweed. Un brindis por la vida sencilla, elegancia y moda vintage.
El local está ubicado en la zona antigua de la ciudad, así que hemos conseguido que los ‘lugareños’ se interesen por la cultura ciclista
El interior está inspirado en antiguos mataderos. Las bicicletas cuelgan del techo como trozos de carne antes de ser empacada.
Mi socio y yo montamos en bicicleta desde los tres años. El bar es la evolución lógica de una pasión.
Nuestra especialidad es el café. Las mejores manos de Pekín muelen grano en Smarter Than Car.
Pedalear las montañas que rodean Pekín es una experiencia increíble.
3. Standert (Berlín)
Ride a bike, save the world.
Ven. Disfruta de un café, repara tu bici y acompáñanos a tomar una cerveza al bar de enfrente cuando cerremos.
Mi rincón favorito es el banco del exterior durante la puesta de sol.
La bicicleta es el transporte más rápido, pero no hay suficientes carriles para bicis y falta educación automovilista.
Trabajamos con ‘starUps’ berlinesas y apoyamos a agricultores locales.
4. Velocité Café (Lisboa)
El motor de este negocio es la bicicleta. Pero el placer de pedalear es comparable a la textura de una cerveza artesanal fabricada en Portugal.
El espacio nace por necesidad. Lisboa necesitaba un lugar de encuentro para compartir la incipiente cultura de ciclismo urbano.
Nuestra especialidad es el ‘Prego em bolo’. Un bocadillo de ternera en pan de Madeira. El brunch de fin de semana o las hamburguesas de bacalao también son ‘gourmet’.
La orografía es complicada. Pero el mayor obstáculo es nuestra cabeza: el 60% de la ciudad es llana. La zona del río permite atravesar la ciudad de norte a sur sin pendientes
Esta ciudad ha creído en la bicicleta y se ha demostrado que es posible. Se han construido 60 nuevos kilómetros y cada día crece el ciclismo.
Somos cultura. Programamos conciertos, conferencias, exposiciones, presentaciones de libros…
Precio reducido para ciclistas. Una forma de incentivar el uso y premiar la apuesta por los velocípedos.
5. Heritage Bicycles (Chicago)
Si nunca has mezclado café y ciclismo, estamos cada día abiertos de 8 am. a 7 pm.
El diseño del local combina la historia de EE UU con la sencillez de Holanda.
Aparca la bici, elige una mesa con ventana exterior, disfruta del sol en Chicago y pregunta por nuestros donuts.
El alcalde Richard M. Daley promocionó la bici en Chicago, y el actual, Rahm Emanuel, la defiende como motor de cambio.
Puedes visitar nuestro taller y aprender con nuestro mecánico.
El programa de alquiler de bicis Divvy ha sido el motor del impulso ciclista en la ciudad.
Nos hemos convertido en centro de peregrinaje de turistas y extranjeros. ¡Que siga el pedaleo global!
6. Musette Caffe / Musette Chinatown (Vancouver)
La ‘Musette’ es una bolsa de alimentos que se le entrega a los ciclistas durante las carreras. Empecé a coleccionarlas hace seis años y desde entonces decoran el local.
Adoro la zona posterior del** Musette Chinatown, me siento como un gángster en El Padrino.
Abriremos otro local en California muy pronto.
Intentamos estimular a la gente a ir en bici. Organizamos paseos e incluso hemos montado equipo femenino y masculino para competir.
Costará tiempo y dinero, pero la bicicleta será el vehículo prioritario en Vancouver.
El 75% de los clientes entre semana son vecinos o trabajadores. Fin de semana: 60% ciclistas y 40% turistas.
7. Look Mum, no Hands! (Londres)
Hola. Somos Lewin, Matt y Sam.
Dejamos nuestros trabajos y decidimos invertir el tiempo en nuestra pasión la bici, el café y la cerveza.
El ‘Pastel Guiness’ se ha convertido en una institución. La reposterí a es una obra de arte elaborada por dos panaderos de infarto.
Prueba nuestros muffins sobre cojines de estampado ciclistas y disfruta de la lluvia de bicis que gravita en el techo.
Si nos encuentras por casualidad y quieres entrar, te prestamos un candado. Nos gustan las bicis, los ciclistas y el estilo de vida sencillo.
Arreglamos bicis. Organizamos workshops. Y en nuestras teles se ven las grandes citas ciclistas.
8. Ölsnedkeren (Copenhague)
La cerveza es nuestro distintivo. Las elaboramos en la planta de abajo y las servimos en el bar.
Mi padre construyó la barra del bar con madera de roble de un molino con 500 años de antigüedad.
Vivimos obsesionados con las cosas caras, pero barato no es sinónimo de malo.
Si vives en Copenhague, viajas en bicicleta. Excepto si eres muy rico o muy vago.
Yo mismo transporto las cajas de cerveza a otros bares pedaleando. Es rápido y barato.
Los bicimensajeros son parte del bar. Hay ofertas especiales para los que trabajan en bici, así que vienen con frecuencia.
9. Keirin Cycle Culture Café (Berlín)
La idea era fusionar café, material ciclista y revistas. Darle un respiro a ciclistas y bicimensajeros.
Nuestros imprescindibles: Café Mehari con granos de Passalacqua, espresso, brownies y pasteles.
El local es un santuario de fixies clásicas, modelos raros y carteles históricos.
En un incendio, r*escaté la Nagasawa del campeón Koichi Nakano, que cuelga en una pared*. También adoro un viejo tándem de carreras Cinelli.
Berlín es segura, llana y diseñada para el ciclismo. En invierno es menos apetecible, pero es la misma.
La bicicleta cotiza al alza por pura lógica: es el medio de transporte más barato y sencillo y menos contaminante.
10. La bicicleta (Madrid)
Los Bicivoladores es una exposición inspirada en bicis de cross de los 80. Se puede visitar en la planta de abajo.
Tenemos bicis vintages en la pared. Pero sobre todo cultura, arte, conferencias, asambleas y encuentros ciclistas.
El proyecto surgió con una amiga de Riga, Letonia: me habló de unir diseño gráfico, taller ciclista y cafetería, y pensé que funcionaría en Madrid.
En el norte de Europa la gente va sola a los locales a leer, trabajar o beber. Quisimos mezclar ese concepto con la cultura del bar como ‘acto social’. Elige zona individual o espacio compartido y quédate.
El local era un after o un puticlub en los ochenta: me consta que lo frecuentaba Fabio McNamara.
No queremos competir con los talleres de bicicletas, pero tenemos herramientas básicas para averías sencillas.
Coffe&Ride es un encuentro de ciclismo urbano. Salimos todos los sábados a las 11 de la mañana… ¡Estáis invitados!
El ciclismo urbano despunta en Madrid, pero hace falta más gente implicada en la cultura de las dos ruedas.