“Soy ciclista y fotógrafo, y actualmente vivo en Vancouver. Por mi trabajo me muevo tanto por el centro de la ciudad como por la costa oeste, una zona perfecta para escalar y, desde luego, para pedalear”.
“Empecé a fotografiar ciclistas hace cuatro años, en un viaje a San Francisco. Había trabajado como fotoperiodista y paisajista, pero hasta que no me marché con mi bicicleta y una cámara de bolsillo no orienté mis fotos a este mundo. Poder llevar una cámara pequeña conmigo y montar un sistema para dispararla en el sillín fue lo que terminó de convencerme”.
“La bicicleta es un camino hacia la experiencia. Es fusionarme con una máquina para explorar nuevos lugares, conocer a gente con la que comparto intereses y disfrutar juntos de todo lo que nos rodea. Incluso durante los paseos más duros, con la climatología más adversa, percibo que aprendo cosas, que crezco. Como para otros muchos, la bicicleta es mi forma de alcanzar la libertad”.
“Tengo tres bicicletas en el establo: una Cannondale CAAD 10, que uso para mis excursiones tanto en tierra como en gravilla; una State Contender, que me ha enseñado lo divertida que puede llegar a ser una fixie y es la bici que uso durante el invierno y una Leader Renovatio, que empezó siendo un capricho pero se ha convertido en mi montura cotidiana durante casi todo el año”.
“Creo que, para hacer buenas fotos de ciclistas, es fundamental transmitir lo que uno siente pedaleando. Por eso es prioritario el movimiento, y me gusta mucho (aunque a veces sea complicado) disparar mi cámara cuando yo también estoy rodando”.
“La clave de todo es la luz. Una buena luz, una luz única, es lo que hace fascinante una foto. Los colores explotan al amanecer y al atardecer, y también cuando el tiempo está cambiando, cuando se abren las nubes tras una buena tormenta o aparece la niebla. Pero, si hablamos de horas, no hay nada como salir de casa muy pronto, todavía de noche, y recorrer la ciudad pedaleando cuando todo el mundo duerme y tú persigues al amanecer. Desde tu silla ves salir el sol, y cómo el cielo pasa de negro a azul oscuro, después a naranja… Es un espectáculo”.
“Ahora uso una Sony RX100M3 y una Fuji XT-1. Pero, al final, la cámara es sólo una herramienta. He roto muchas máquinas, por lo que prefiero no cogerles demasiado cariño… ¡Lo importante es el fotógrafo, no la cámara!”