“Latinoamérica ofrece un mundo de placeres infinitos, tanto naturales como creados por el hombre, esperando ser explorados”. Así empieza Andy Levine su post, en el que propone cinco viajes ciclistas que uno debería hacer antes de morir.
El primero de ellos se titula “Lagos y volcanes chilenos”, y propone un largo trayecto a lo largo de la costa del lago Panguipulli o subiendo las cuestas del volcán Villarrica. Según Levine, la zona es “un festín para la vista”, y también para el estómago.
Sin salir del país andino Levine, un experto en vinos (suele escribir de rutas vinícolas en el blog) propone un paseo ciclista por los viñedos chilenos, centrándose en el valle de Apalta y la región de Yaquil.
Chile, Costa Rica, Ecuador o Uruguay son algunos de los lugares que recomienda el autor
Levine salta después a Costa Rica, uno de los destinos más apasionantes y exuberantes que uno puede encontrar en el mundo. “Selvas, volcanes y algunas de las playas más bonitas del mundo”, según el autor, nos esperan en una zona “idónea para viajar en familia” y perfecta para muchas actividades deportivas más allá del ciclismo.
Ecuador y Galápagos son la siguiente propuesta del autor, que aconseja un mínimo de diez días por la zona y la ayuda de algún operador local que nos facilite el equipamiento necesario, y que concluye el artículo con Uruguay, centrándose en la costa (recomienda con especial pasión el Parque Nacional Anchorena) y que, para finalizar, sugiere terminar la aventura cogiendo el ferry para cruzar el Río de la Plata para desembocar en Buenos Aires, la maravillosa capital de Argentina.
Esas son las sugerencias de Levine… Pero, por supuesto, cada uno tiene las suyas y no necesariamente tienen por qué ser peores. ¿Qué nos recomendarías tú?