Las bicicletas no son para el verano, sino para todo el año. Pero no cabe duda de que es en esta época del año cuando mucha gente da el salto a la bicicleta gracias al buen tiempo y al aumento del tiempo libre. Si aún tienes dudas sobre si hacerlo o no, ahí van cinco sencillas razones para que te decidas.
1. Hay menos tráfico. Con la llegada del estío, las ciudades se vacían considerablemente de coches. ¿Qué mejor momento para ganar destreza moviéndote en bicicleta por sus calles? Así, cuando llegue el otoño y te plantees la posibilidad de seguir usándola para ir al trabajo o a clase, tendrás mucho ganado.
2. Los planes son más divertidos. La ciudad en verano es diferente, y en bici, mucho más. Las posibilidades se multiplican si vas a los sitios pedaleando: ¿un encuentro entre amigos en el parque? ¿Tomar algo en una terraza? ¿Visitar a un amigo? Todo ello se hace más y mejor con una bicicleta, pues no sólo se disfruta del plan sino del camino.
3. El calor se lleva mejor. Sí, a priori cabría pensar que la bicicleta y las altas temperaturas son un binomio complicado. Sin embargo, pronto descubrirás que la brisa en la cara es mucho más agradable que ir en transporte público. Eso sí, echa un vistazo a nuestros consejos para no sudar en la bici.
4. Las noches son únicas. Hay pocos placeres comparables al de volver a casa en bicicleta una noche de verano. Salir del cine, de un concierto o de casa de unos amigos y subirte a la bici para afrontar el camino de vuelta a casa es una sensación que todo el mundo debería experimentar.
5. Estarás más guapo. Déjate de operación bikini. Si lo que quieres es ponerte en forma de la manera más divertida, nada como usar la bicicleta como medio de transporte habitual. Notarás las piernas y glúteos más firmes, una mejora del sistema cardiovascular, respirarás mejor… y, sobre todo, ¡estarás de mejor humor!