Es algo en lo que, desde Ciclosfera, hemos hecho hincapié en reiteradas ocasiones: la necesidad de que los ciclistas respetemos las normas de circulación: que no nos saltemos los semáforos, que no circulemos por las aceras, que avisemos de nuestras maniobras… Que nos desplacemos por la ciudad, en definitiva, de la misma manera que esperamos que lo hagan el resto de los usuarios de la vía.
Sin embargo, los ciclistas también sabemos que las normas y señales no fueron pensadas para los ciclistas, sino para los vehículos a motor. Y ante ello, algunos deciden saltárselas a su antojo. ¿Por qué lo hacen? Según el estudio Scofflaw Bicycling: Illegal But Rational, *publicado en el *Journal of Transport and Land Use, no se trata tanto de intentar llegar antes al destino, sino de sentirse más seguros.
Los autores del estudio, el sociólogo de la Universidad de Colorado-Denver (EEUU) y un profesor de urbanismo de la Universidad de Nebraska-Lincoln, aseguran que las investigaciones sobre la conducta de los ciclistas son sorprendentemente escasas, lo que les ha llevado a hacer una profunda investigación con más de 18.000 ciclistas.
El 85% de los ciclistas respeta escrupulosamente las normas o sólo incurre infracciones menores
“A la hora de circular, todo el mundo se salta las normas en un momento u otro”, señala Dr. Wesley Marshall, el primero de esos investigadores. “Pero por alguna razón, hay comportamientos que están socialmente aceptados, como sobrepasar el límite de velocidad en un coche: no vemos a quien incurre en esa infracción como un criminal”.
En el caso de los ciclistas, cuando no respetan las leyes lo hacen, en un 70% de las ocasiones, porque sienten que así están más seguros. Por su parte, los conductores se saltan las normas por una razón bien distinta: ahorrar tiempo, en un 77% de los casos.
Eso sí: a pesar de la imagen que tienen algunos ciudadanos de los ciclistas, la inmensa mayoría respetamos escrupulosamente las normas, y así lo atestigua el estudio: un 85% jamás se salta una señal de tráfico o, si lo hace, se trata de infracciones menores como adelantarse ligeramente a la línea de salida en un semáforo para tomar unos pocos metros de ventaja cuando se produce la aceleración de los coches.