Ciudades

“El ciclista no es un antisistema, sino alguien que se preocupa por su ciudad y sus vecinos” (Antoni Poveda)

Entrevistamos a Antoni Poveda: alcalde de Sant Joan Despí, es también presidente de la Red de Ciudades por la Bicicleta y vicepresidente de Transporte y Movilidad del Área Metropolitana de Barcelona. Ayer presentó el Barómetro de la Bicicleta en España.

Las cifras del Barómetro de la Bicicleta señalan un notable crecimiento en España. ¿Se esperaba estos resultados tan positivos?

Los datos, científicos, confirman lo que era una percepción: la bicicleta tiene cada vez más presencia en los ciudades. Y lo más importante es que ese uso es para ir a trabajar, a estudiar, y no de manera ocasional. Y, a la vez, el estudio indica que buena parte de los nuevos ciclistas son ciudadanos, con estudios, trabajo y de clase, digamos, media, que han dejado de usar el vehículo privado y motorizado.

Son cifras que desmienten mitos: los ciclistas no son, todos, hippies desocupados.

Sí, la bicicleta ya no es sinónimo de ser un antisistema. Nada más lejos de la realidad, porque los ciclistas urbanos son gente comprometida con el medioambiente, y que eligen esta opción para disfrutar de una movilidad sostenible, mostrando su preocupación por el futuro de su ciudad y sus vecinos.

Discrepo, sin embargo, con vincular, una y otra vez, el crecimiento del ciclismo urbano con la construcción de infraestructuras. ¿No habría, además, que desincentivar el uso del coche?

La bicicleta se usa más en España, pero seguimos muy lejos de las cifras de otras ciudades europeas. Eso muestra que tenemos un largo camino, todavía, por recorrer, y para conseguirlo debemos poner en práctica políticas transversales. Es verdad que no todo es infraestructura: también hay que educar y formar para respetar al ciclista, tanto en el colegio como cuando te sacas el carné de conducir o mediante campañas informativas. Pero, además… ¡hay que hacer infraestructuras! Porque la bicicleta no se puede adaptar a las ciudades actuales, sino que son las ciudades las que deben adaptarse para garantizar un mayor uso de la bicicleta.

“La bicicleta no se puede adaptar a las ciudades actuales: son las ciudades las que deben adaptarse a la bicicleta”

El informe dice cosas como que “casi un 15% de los usuarios ha tenido algún accidente entre los últimos 5 años”, o que “un 16% de los usuarios de la bici ha sufrido como mínimo un robo de su bici en los últimos cinco años”. ¿No sería mejor hablar de que el 85% de los ciclistas no ha tenido un accidente, o que al 84% no le han robado la bici?
Es cierto, debemos transmitir un mensaje positivo. Y decir, por ejemplo, que el nivel de accidentes que sufre un ciclista es inferior al que se sufre en coche, moto o incluso peatones. Casi todos los elementos que rodean a la bicicleta son positivos, tanto en cuanto a incidencias como en efectos sobre la salud. Las personas que usan con frecuencia la bici gozan de mejor salud, y tienen una vida más larga. Así que lo que debemos hacer es, de acuerdo con los hábitos que, además, pregonan los científicos, recomendar e impulsar que la bicicleta, convencional o eléctrica, se incorpore a los hábitos de los ciudadanos.

Usted es también el actual responsable de movilidad y transporte del Area Metropolitana de Barcelona (AMB), que desde hace un tiempo incentiva la compra de bicicletas eléctricas con una ayuda de 250€. ¿Cómo está funcionando?

El Área Metropolitana de Barcelona, como otras muchas áreas de Europa, tiene un grave problema: respiramos un aire demasiado contaminado. Por eso, y para combatirlo, impulsamos distintas propuestas, y una de ellas es ésta. ¿El resultado? En estos dos años se han vendido más de 3.000 bicicletas eléctricas, los fabricantes y tiendas están encantados y, dicen, se nota en las calles.

¿Qué cuesta una campaña así?

Actualmente destinamos unos 750.000 euros para estas ayudas, y cada año se nos agota. Son medidas con mucho recorrido: además de lo evidente, fomentar que haya más bicicletas en la calle, fomentamos que todo el sector crezca, y eso genera una red industrial que, al menos en Barcelona, está en expansión. Lo vemos en las ferias, lo vemos en la gente, y lo vemos en empresas que nacen o crecen, y se esfuerzan en diseñar e-bikes cada vez más ligeras y prácticas. Y no son sólo fabricantes o tiendas de bicis: está creciendo, también, una serie de actividades económicas complementarias, como fabricantes de soportes de carga de batería, gestores de flotas eléctricas para empresas e instituciones…

“Estábamos convencidos de que el Ministerio subvencionaría la compra de e-bikes. Fue muy desagradable que no lo hiciera”

Y, sin embargo, el Ministerio de Industria excluye a la bicicleta de su plan de ayuda económica para coches, motos o camiones eléctricos. ¿Qué es esto?

También nos sorprendió. Estábamos convencidos de que la bicicleta estaría ahí, y fue muy desagradable ver cómo se excluía. Hemos solicitado una rectificación al ministro y al Ministerio, mostrándole que la bici es un medio de transporte, tanto como una moto o un coche. Si fuese un elemento de ocio podría llegar a entenderlo, pero los datos que, precisamente, hemos presentado hoy demuestran lo contrario: las e-bikes se usan para trabajar o estudiar. Si queremos reducir la contaminación, es fundamental que el estado español sea sensible a este asunto.