Rutas Pangea, una de las principales empresas del cicloturismo español, cumple 25 años. Además, el próximo viernes presentan su programa para 2019. Hablamos con su responsable y fundador, el carismático Chus Blázquez, sobre la historia de la empresa, la situación que vive el sector en España y los principales retos que afronta de cara a los próximos 25 años.
Echemos la vista atrás: ¿Cómo y por qué nació Rutas Pangea?
El origen de Rutas Pangea está en un grupo de personas que procedíamos del movimiento ecologista. Hace 30 años montamos una asociación en Getafe: la bicicleta era una de las herramientas que utilizábamos para reivindicar una ciudad mejor y para conocer la naturaleza. Empezamos a montar muchos viajes en bici y nos dimos cuenta de que venía cada vez más gente que no tenía nada que ver con el activismo ni la militancia. Gente que sólo querían disfrutar y hacer turismo en bici. Entonces decidimos dar el paso y poner en marcha la empresa.
¿Qué habéis aprendido a lo largo de estos 25 años?
Lo primero, que el camino es muy difícil. Los primeros años fueron complicados, porque no teníamos referencias en las que fijarnos, no existía Internet, la publicidad era distinta… El camino es complejo, pero por otro lado me quedo con que pudimos hacer lo que nos apetecía. Recorrimos muchos países del mundo en bicicleta y logramos ganarnos la vida con ello. Echando la vista atrás, creo que conseguimos sacarlo adelante porque éramos jóvenes e inconscientes (risas). Pero hemos disfrutado mucho, conocido gente muy interesante y tenido la oportunidad de conocer lugares increíbles.
“Hay muchos lugares fantásticos por descubrir”
No hablemos en pasado, que hay mucho futuro por delante. ¿Dónde os veis dentro de otros 25 años?
Eso nos lo han preguntado mucho a propósito de este aniversario. La gente nos deseaba otros 25 años de vida, y eso nos ha llevado a una reflexión: quizá otros 25 son muchos. Pero lo que tenemos claro es que esto de viajar en bici es un modo de vida: vamos a seguir haciéndolo, aunque no sé si seguiremos organizando los viajes de otros. Pero es posible que sí. Cuando voy a ferias europeas me encuentro a abuelos que llevan 40 años en este sector y siguen en ello. Lo bueno es que hay muchos lugares fantásticos por descubrir. E incluso hay que revisitar muchos sitios, algo que nos produce mucha satisfacción. Lugares que son mucho mejores ahora para ir en bici que hace 25 años, porque ha cambiado la mentalidad a nivel local. Esa es, precisamente, una de las cosas que más nos gusta de este trabajo: comprobar que el cicloturismo contribuye al desarrollo local y rural en lugares pequeños.
“Cuando le conté a mi padre que iba a montar una empresa de cicloturismo, me preguntó si era gilipollas”
Más allá de esa mentalidad, ¿qué ha cambiado en el mundo del cicloturismo en España en este cuarto de siglo?
Han cambiado muchas cosas. Recuerdo la conversación que tuve con mi padre cuando le dije que iba a montar esa empresa. Me miró fijamente y me preguntó, literalmente, que si era gilipollas (risas). Que quién iba a pagar por ir al campo, si el campo era gratis. Vengo de una familia de agricultores del Valle del Jerte. Para él, el campo era un sitio donde se iba a trabajar. En ese sentido, se ha extendido la cultura de que la naturaleza es un valor en sí mismo. Y ese es un cambio radical. También ha cambiado la mentalidad de la gente: antes lo importante era a dónde vas a ir, ahora lo importante es qué vas a hacer. Esas dos ideas, unidas a la ampliación a un público mucho más mayoritario son los cambios principales en estos 25 años.
“España es uno de los mejores lugares del mundo para venir a montar en bicicleta”
Hay cambios positivos, pero seguramente también otras cosas que aún están por mejorar. Cuáles son los principales retos del sector y las principales necesidades de cara al futuro?
Hay varios elementos a tener en cuenta. A finales del año pasado estuvimos trabajando en un proyecto para la Secretaría de Estado de Turismo que se presentó en la pasada edición de Fitur. Hicimos una investigación de cómo esta el sector desde el enfoque de las empresas. Hay varios elementos importantes que nos faltan. El primero, que como destino España no tiene una imagen clara hacia el exterior: este es uno de los mejores lugares del mundo para venir a montar en bicicleta. Y los datos avalan que así es, porque vienen miles de extranjeros todos los años. El segundo es la falta de una red cicloturista nacional. Tenemos muchísimas rutas distintas: el Camino de Santiago, las Vías Verdes, Ciclamadrid, el Camino del Cid, la Ruta de la Plata… pero son iniciativas que no se han diseñado desde la conexión. Por eso es clave crear una red que sea fácilmente perceptible por cualquiera que quiera recorrer el país en bicicleta. Eso es un handicap para desarrollar esa imagen de destino cicloturista de primer nivel como la que tienen países como Alemania y Francia.