Es hora de mezclar conceptos y aunar virtudes. Pasa en la gastronomía, la música o el cine, pero también en los coches, las motos y, por supuesto, las bicicletas. Es la era del mestizaje. Y bienvenida sea esa mezcla si nos sigue trayendo máquinas como la Canyon Roadlite CF 9.0, una bicicleta perfecta para rodar en la carretera y sobrevolar la ciudad.
Una máquina
Carbono, componentes de primerísima calidad… y un alma de deportista envuelta en un aspecto fantástico. La Canyon Roadlite CF 9.0 es una bicicleta concebida para llevar una vida saludable y entrenar a media y alta intensidad, pero también perfecta para desplazarse por la ciudad a toda velocidad y con la sensación de que, sobre esa máquina, podríamos competir de tú a tú con los mejores de la carretera.
Para hablar de la Roadlite CF 9.0 podemos empezar, por ejemplo, por su dechado de virtudes tecnológicas. La Canyon cuenta con un ligerísimo cuadro de carbono (con un peso inferior a un kilo, cableado interno y geometría deportiva), manillar de carbono de una sola pieza, horquilla de altísima precisión y ligereza máxima (poco más de 350 gramos) y frenos de disco de montura plana Tektro R510. Las ruedas no son ruedas… sino catapultas: las DT Swiss ER1400. Y, para terminar este repaso preliminar, cómo no mencionar sus neumáticos Schwalbe G-One Speed, el sillín Fizik Antares R5 o los pedales VP Components VP-538 Premium.
Amor a primera vista
La primera impresión al ver la Canyon Roadlite CF 9.0 es imponente. El color del modelo que nos tocó probar (afortunados) era el llamado Meteor Grey-Mint, una mezcla de gris y verde chillón muy llamativa y que cuadra a la perfección con el espíritu de la bicicleta. Aunque no necesita carta de presentación (basta con verla para admirar su estilo), su diseño las tiene: esta bici ha ganado premios en Eurobike 2017 por su “elegante diseño, excelentes características dinámicas, bajo peso y valor económico”, un Red Dot Design Award por combinar “simplicidad y claridad con excitantes características técnicas” o el IF Gold Award, cuyo jurado se deshizo en elogios: “Es un objeto bellamente esculpido y con un diseño holístico”, aseguraban, “una bicicleta extremamente ligera y asequible”. Es, en definitiva, un producto que ha llamado la atención tanto dentro como fuera del sector, gracias a su tecnología e impacto visual.
Como decimos, y en una primera impresión, es muy bonita. Es suficiente levantarla unos centímetros del suelo para comprobar que también es muy ligera (el peso total del conjunto está muy cerca de los 7,5 kilos). Y, sobre ella… es deportiva. Muy deportiva. La geometría del cuadro te empuja para delante, el sillín debe estar bastante alto y con un par de pedaladas sales propulsado. Hacía tiempo que no me sentía tan rápido sobre una bicicleta de calle como con la Canyon Roadlite CF 9.0, una máquina concebida, desde luego, para ir deprisa, y donde la comodidad (sin ser en absoluto incómoda) pasa a un segundo plano.
La Roadlite CF 9.0 es una máquina concebida, desde luego, para ir deprisa
Heredera de mucha de la tecnología usada en sus “hermanas” de carretera, llama la atención al subirse por primera vez sobre la Roadlite CF 9.0 esa deportividad, el cableado interno y el pulido diseño del manillar, que en una concesión a la comodidad incluye empuñaduras Ergon GA3 Wing. El sillín, el ya mencionado Fizik Antares R5, es suficientemente cómodo para desplazamientos no demasiado largos (como, por ejemplo, cruzar raudo y veloz una ciudad como Madrid), y la tija del sillín (una Canyon VCLS 2.0 CF) incorpora la llamada tecnología Vertical Comfort Lateral Stiffness (VCLS), que presuntamente absorbe las vibraciones del pavimento. ¿Funciona? Algo hace, efectivamente, porque el comportamiento y dinamismo de la bicicleta son muy elevados, muy “sport”, pero es cierto que pasarse bastantes horas del día sobre una Roadlite, como hemos hecho nosotros, no ha pasado factura a nuestro cuerpo.
Alta velocidad
¿Hablamos de dinamismo? En fin… en ese sentido, pocas bicicletas he probado los últimos meses tan divertidas como esta. Como decíamos antes, los componentes son de primera categoría, y el conjunto del cambio (Shimano Dura-Ace 11S, de 11 piñones y dos platos) propulsa a la bicicleta a velocidades de vértigo en apenas unos metros. El rendimiento de esos componentes junto al cuadro y demás piezas de la bicicleta procuran una satisfacción inmediata, y la sensación, sobre el asfalto, es que la bicicleta… vuela. Me encanta pedalear por la gran ciudad, pero sobre bicicletas como esta Canyon Roadlite CF 9.0 todavía más, porque uno siente, realmente, que se desplaza con una eficiencia, seguridad y velocidad mucho mayores que sobre cualquier otro medio de transporte. La velocidad de paso por curva, la precisión a la que se recorren calles o rotondas, la eficacia, paulatina y silenciosa, del sistema de frenado (frenos de disco de montura plana Tektro R510)… Hablamos de un arma perfecta para la ciudad.
La Roadlite CF 9.0 no desluciría frente a muchas de las buenas bicicletas que vemos en la carretera
No hemos explorado sus posibilidades ruteras, porque Ciclosfera es un medio enfocado, sobre todo, al ciclismo urbano, y la mayor parte de nuestros desplazamientos son también por la ciudad, pero estoy convencido de que la Roadlite CF 9.0 no desluciría frente a muchas de las buenas bicicletas que vemos circular por nuestras carreteras. No tengo dudas, desde luego, de que es una bicicleta maravillosa para alguien que se mueva en bici por la urbe, porque es divertida, rápida, muy estable, silenciosa, ágil y tremendamente ligera, lo que también la hace comodísima si en un momento determinado nos tenemos que subir a un tren, a una oficina o a una casa. La bicicleta es grande (más en mi caso, ya que hablamos del modelo XL indicado para gente de más de 1,90m, y hay todavía una opción para los que andan por los dos metros), pero facilísima de manejar debido a su reducido peso y equilibrado reparto de pesos.
¿Queda algo por decir? Pues… es posible. En algún momento, y aunque no sea su uso más idóneo, nos hemos atrevido a rodar con la Roadlite CF 9.0 por pistas de tierra en más o menos buen estado, y su respuesta nos ha sorprendido. Evidentemente, no es una bicicleta todoterreno, pero pese a su ligereza y refinamiento respondía relativamente bien con sus cubiertas Schwalbe G-ONE Speed de 30 milímetros. No sólo no pinchamos en esas “excursiones” lejos del asfalto, sino que la Canyon, incluso, aguantaba más o menos el ritmo después de haber llovido, demostrando que se puede ser bonita, elegante, esbelta y también capaz de defenderse en el barro.
Todo lo bueno (y lo malo) tiene un final, y como era lógico tocó devolver la Canyon Roadlite CF 9.0 a la marca. Fueron, aproximadamente, dos meses de uso frecuente, convirtiéndose en mi bicicleta “de cabecera” tanto para salir a rodar por placer como para hacer recados. Evidentemente, no es una bicicleta de batalla tanto por sus componentes o cuadro de carbono como por su precio (2.499€ en la web de Canyon), pero desde luego nos servirá para funciones muy distintas, sabiendo siempre que vamos montados en una máquina resistente y fiable, muy divertida y eficiente y con un tacto muy “especial”, capaz de reaccionar con precisión y rapidez a cualquiera de nuestras necesidades.
Prueba de la Canyon Roadlite CF 9.0
Probamos la Canyon Roadlite CF 9.0, bicicleta urbana de Canyon capaz de combinar eficacia, rendimiento y una cierta comodidad. Destaca por su estética impactante, componentes de primera categoría y un peso total inferior a los 8 kilos.
-
Estética
-
Componentes
-
Dinamismo
-
Comodidad
-
Precio