Cultura ciclista

Bo Bartlett: A media tarde

Bo Bartlett (Columbus, EE UU, 1955) ha firmado más de dos mil lienzos, pero tiene una misión: captar e inmortalizar la belleza del mundo. “El verdadero objetivo del arte es despertarnos, servir a algo más grande que a nosotros mismos. Mi obra intenta reflejar lo que se siente al vivir este momento. Y, aunque cada pintura sea distinta, busco siempre el mismo final: sentirme como un niño en casa, con el sol de media tarde entrando en mi habitación”.

Momentos destilados que representan vivir. Imágenes que encapsulan el concepto de estar en un determinado instante. Cuadros que, aunque reflejen un momento fugaz, culminan años de proceso. “Inicialmente pienso el cuadro de un modo abstracto”, nos cuenta desde su casa Bo Bartlett, “basándome en referencias y dibujos preliminares, estudios al óleo, fotos, objetos y modelos vivos. Paso de lo general a lo específico. Y, una vez trazadas las diagonales principales y los elementos compositivos, lo refino dibujando cada figura y elemento aportándole mayor precisión”.

Ese es sólo el principio. Porque la verdad del cuadro está en su fase intermedia, que según el pintor consiste “en la aplicación opaca del color”. Un laborioso trabajo en el que debe mantener la espontaneidad, la energía, la idea, durante un proceso muy técnico. Tratado ya todo el lienzo, atendida cada zona, Bartlett entra en la recta final: la unificación de la obra a través de veladuras, delgadas capas de pintura que aportan un filtro, un matiz, que propicia los colores definitivos. “Esa veladura debe unificar, añadir una sensación luminosa… Crear una atmósfera”, asegura.

'Out of Nowhere'.
'Out of Nowhere'.

El camino del artista

Una vez rematado el cuadro, puede pasar al siguiente. “Sólo puedo concentrarme en un proyecto a la vez”, dice. “Varias resonancias magnéticas han detectado que el hemisferio derecho de mi cerebro es mucho más grande que el izquierdo: es una anomalía de nacimiento. La conducta emocional, la creatividad, lo dominan todo. Y, como dice mi mujer bromeando… ¡Eso explica muchas cosas!”

'The Day You Came to Pose'.
'The Day You Came to Pose'.
Bartlett apenas habló hasta los cuatro años y lo único que quería hacer de pequeño era dibujar. Después pensó en ser poeta, payaso o vagabundo, hasta que una novela le mostró el camino: debía enfrentarse a todo y seguir su vocación artística.

En efecto, siempre debió ser así. Bartlett apenas habló hasta los cuatro años y lo único que quería hacer era dibujar. Después pensó en ser poeta, payaso o vagabundo, hasta que gracias a una profesora leyó Mi nombre es Asher Lev, de Chaim Potok, que cuenta la historia de un joven que debe enfrentarse a todo para seguir su vocación artística.

'Freedom'.
'Freedom'.

Se identificó tanto con él que siguió su ejemplo: en 1974, sin haber cumplido los veinte, se mudó a Florencia, donde comprobó que su estilo no seguía el expresionismo abstracto ni las performances, por entonces tan en boga, sino algo más clásico, casi renacentista. “Tuve la suerte de conocer a Ben Long o Pietro Annigoni, pero sobre todo estuve de fiesta. Hasta que recibí una carta de mi novia del instituto diciéndome que estaba embarazada y preguntándome si volvería. Planeaba quedarme en Florencia y ese día, junto al río Arno, empecé a llorar. Tenía que tomar una decisión.

'The Whale'.
'The Whale'.

Y, como aún era muy religioso, hice un trato con Dios: regresaría a EE UU, me casaría y sería padre, pero a cambio me convertiría en pintor. Cuando fui a despedirme de Annigoni le pedí consejo… ¿Con quién debería estudiar? La vida es la mejor maestra, me respondió”.

La visión de Bartlett

“Es un ciclo: las cosas, al mismo tiempo, siempre mejoran y empeoran. La tecnología nos hace la vida más cómoda pero también crea fisuras que disparan nuestras diferencias. Debemos esforzarnos por encontrar puntos en común, no tener miedo de hablar con los que son diferentes, mirarnos a los ojos y reconocer que compartimos la misma humanidad. Es demasiado fácil ser tribales, malsanos y destructivos, pero debemos reparar los males sociales que se apoderan de nosotros.

Confiemos en que las cosas pueden mejorar: cuando somos demasiado cínicos, cuando nos aferramos a visiones distópicas, renunciamos al futuro del que somos capaces. No escondamos la cabeza en la arena: creamos en un futuro compartido y de mutua confianza. Si nos esforzamos, lo haremos posible. No sólo será posible: será, también, inevitable”.

“La bici es una referencia en mi arte. La foto de Einstein pedaleando. Películas como ‘Dos hombres y un destino’, ‘E.T. El extraterrestre’, ‘El Mago de Oz’. El ‘Young America’ de Andrew Wyeth. Todo se funde con mi vida y genera significados muy íntimos”
'Christmas'.
'Christmas'.

Así que volvió a Georgia, cumplió con sus promesas divinas y se mudó a Filadelfia, donde contactó con distintos artistas pero, sobre todo, conoció a Andrew Wyeth, referencia obligada al hablar del realismo americano del s. XX. Fue él quien, tras una mala crítica, terminó de convencerle: tenía que seguir pintando. Ese era su camino. “Inspirado por Wyeth”, recuerda ahora Bartlett, “mi pintura empezó a contar mi propia historia. Él fue mi mejor amigo durante los últimos años de su vida, mi padre artístico, quien me enseñó a pintar lo que de verdad amaba”.

La bici en su obra

The Dowry (2000) con su exmujer junto al mar sobre una preciosa Peugeot. Open Gate (2011) con su nieto mayor, Frankie, a lomos de su triciclo. Christmas (2015), pintado apenas un año después de que falleciera su hijo (“contiene demasiadas cosas como para explicarlas aquí”, reconoce). O The Day Everything Changed Forever (2016), donde Betsy, su actual esposa, transporta a otra mujer sobre una bici mientras avista en el horizonte un humo amenazador (la imagen de portada).

'Fairground'.
'Fairground'.

“A veces”, dice Bartlett, “he tenido una abrumadora sensación de fatalidad inminente. Algo relacionado con acontecimientos personales o históricos que terminan confirmándose. En este cuadro, ellas van en bici, el humo se eleva en la distancia y cualquier cosa puede suceder. Porque todos somos muy frágiles… Intentamos seguir adelante, despreocupados, divirtiéndonos, pero la realidad siempre oculta un lado oscuro en que la tragedia está escrita”.

'The Dowry'.
'The Dowry'.

Hay muchos, muchísimos más cuadros “ciclistas” en su obra. The Messenger (2018). Homeless (2018). Freedom (2019). The Day You Came to Pose (2017). The Whale (2017). La lista es interminable. “Cuando vivía en Filadelfia”, recuerda, “iba en bici a todas partes porque era pobre, y no tenía otro modo de moverme. Ahora monto mucho en bici, recorro entre 20 y 40 kilómetros a lo largo del río Chattahoochee por ocio y para hacer ejercicio.

'Georgia'.
'Georgia'.

Y sí, la bici es una referencia en mi arte. La foto de Einstein pedaleando. Películas como Dos hombres y un destino, E.T. El extraterrestre, la Señorita Gulch en El Mago de Oz. O, en la pintura, el Young America de Andrew Wyeth. Todo se funde con mi propia experiencia, generando significados personales íntimos”.

La entrevista con Bo Bartlett es el 'Ilustrados' de 'Ciclosfera' #47.
La entrevista con Bo Bartlett es el 'Ilustrados' de 'Ciclosfera' #47.