Decenas de cicloviajeras reunidas en cada "campus para mujeres intrépidas". Cientos de nuevas ciclistas que, cada año, se unen a este movimiento, y miles que lo han hecho ya por todo el mundo a través de una comunidad online: 'Soy Cicloviajera'. En el centro de todo, Iria Prendes, una incansable coruñesa que desde 2016 comparte y fomenta el amor por el cicloturismo y, por extensión, por el empoderamiento y la liberación femenina a través de los pedales.
"Siempre me ha gustado viajar", recuerda Iria rodeada de proyectos, planes y próximos encuentros. "Pero fue mientras vivía en Suramérica cuando salí un par de fines de semana en bicicleta con amigas, y fue toda una revelación. ¡Cómo no se me había ocurrido antes! Llevaba años viajando como mochilera, y me sentía muy cómoda desenvolviéndome en la naturaleza, resolviendo situaciones complejas o durmiendo en pleno campo. También me movía en bici por la ciudad y para hacer deporte, siempre he sido una fiel defensora de la bici como herramienta de transformación, y cuando lo reuní todo… Fue mi ikigai. Mi razón de ser. Y, en el camino, despertó también mi lado feminista".
Conocer el mundo desde el manillar de su bici llevó a Iria a descubrir otras realidades que le hicieron contemplar las cosas de muy diferente manera. "Pedaleando me informé más y mejor, me hizo más empática y supuso un despertar. Me crucé y conocí a cicloviajeras y comprobé que se enfrentaban a las mismas preocupaciones y problemas que yo. Pero, por otro lado, también descubres otras realidades. Ves cosas que a ti no te han pasado, pero eso no significa que no existan".
La comunidad
Fue transcurridos unos viajes cuando Iria se dio cuenta de que esos desafíos iniciales, esas primeras preguntas que había tenido que resolver sola, eran las que frenaban a otras a la hora de lanzarse a pedalear. Volvió a España en 2018 y contactó con asociaciones y colectivos, abrió un espacio común y organizó distintos talleres para reunirse, charlar y, sobre todo, ayudar a eliminar esos primeros miedos.
A demostrar, en definitiva, que viajar en bici era más fácil de lo que muchas creían. "Con la pandemia terminamos de ver claro que la bici era la herramienta perfecta para viajar y socializar”, cuenta, “e hice el primer Campus sobre Ruedas para Mujeres Intrépidas”. Unos exitosos encuentros que constan de dos talleres online previos antes de reunirse durante cinco días y salir con la bicicleta. "No sólo enseño temas mecánicos o nociones básicas a la hora de viajar, sino que me transformó en esa amiga de confianza que te anima a que te lances al viaje".
"Viajar en bici supone obtener una satisfacción a través de tu esfuerzo. Planear algo, conseguirlo de manera lenta y gradual a través de tu energía, supone una gran recompensa interior" (Iria Prendes)
¿Cuáles son las principales preocupaciones y miedos de esas nuevas cicloviajeras?
"Muchas creen que tienen que ser a la vez deportistas, mecánicas y una especie de agencia de viajes", asegura Iria. "Otras piensan que no cuentan con el físico adecuado, están las que le tienen miedo a la vida en general o, por supuesto, las que son muy eficaces, muy organizadas, y piensan que no van a poder disfrutar por la incertidumbre inherente a viajar en bicicleta. Acompañarlas en todos esos procesos es brutal: supone revivir mi historia, volver a experimentar y superar etapas por las que yo también he pasado".
Etapas que, en el caso de Iria, dieron como resultado una persona distinta. Como ella misma dice, otra Iria. "Viajar en bici implica algo muy importante: es obtener una satisfacción a través de tu propio esfuerzo. Planear algo, conseguirlo de manera lenta y gradual a través de tu energía, supone una gran recompensa interior. Viajar en bici, además, es clave para despertar al cuarteto de la felicidad, esas cuatro hormonas clave que tenemos en el cuerpo: endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina. Haces algo que te gusta, estás al aire libre, no te roban la energía las pantallas. Le sonríes a la vida, y la vida te sonríe a ti. Algo que invariablemente también impacta a la gente con la que te cruzas, y que a su vez también te lo da de vuelta".
Los miedos
Si estás pensando en salir a viajar con tu bici, pero no sabes por dónde empezar… 'Soy Cicloviajera' puede ser la solución. Porque, como dice Iria, es mejor que no escuches consejos de personas que no viajan en bici, porque entonces no te atreverás. "Identifica bien tus miedos", asegura, "hasta descubrir si son reales o te los han inculcado tu círculo más cercano, tu educación o tu entorno. Intenta aclarar si esos miedos que te paralizan son tuyos o te los han trasmitido. Lo que es seguro es que, en cuanto te rodees de viajeras como tú, todo te será más sencillo".
El universo
"Me encanta viajar con otras mujeres", asegura Iria, "pero también me gusta pedalear sola. Está bien alternar: cuando viajas sola con tu bici se generan situaciones excepcionales, porque estás obligada a abrirte e interactuar más, y es entonces cuando el universo te devuelve más cosas". "Viajando sola ocurren cosas mágicas", cuenta, "pero ojo… ¡Viajar con gente es genial! ¡Compartir una experiencia la enriquece, no es lo mismo enseñarle una foto a alguien que haber vivido ese momento juntas!".
¿Y los jóvenes?
Tras muchos campus presenciales, tras haber conocido miles de personas online, a Iria le llama la atención la escasez de jóvenes cicloviajeros. Algo extraño porque, como ella explica, cuando eres joven estás lleno de fuerza y parece ser el momento perfecto. Pero no es así: "Quizá al cicloturismo se llega después", reflexiona, "cuando ya has probado otras cosas, tienes más madurez y priorizas otros ritmos, o necesitas conectar contigo mismo y con la naturaleza".