Desde que se conocieron en la universidad en Francia estudiando Geología, Bernard Datcharry y Valeria H. Mardones, no han dejado la bicicleta. “Nos formamos en la interpretación del patrimonio natural (grosso modo, los paneles que se ven en los parques nacionales y otros) y en los relatos de viajes en bici en revistas, periódicos y editoriales”, apuntan. De hecho, su editorial Petirrojo Ediciones está orientada al mundo de la bici, ofreciendo, en el caso que nos ocupa, un plano de Madrid donde se despliega toda la información posible sobre los carriles bici existentes, los aparcamientos o las posibilidades para alquilar bicicletas.
¿Cómo surge la idea?
Con la experiencia de 20 años de artículos, guías, planos, mapas e ilustraciones para El País y El País-Aguilar, guardamos un proyecto en un cajón, que con la crisis abrimos y desempolvamos: crear nuestra propia editorial dedicada exclusivamente a la bicicleta, Petirrojo Ediciones. Nuestro ocio preferido se hizo trabajo predilecto en 2010 con una primera guía, la del “Camino de Santiago en bicicleta”, que conocíamos muy bien. ¿Pero luego qué? También fue fácil porque en los años 90 ya iba en bici a la agencia de publicidad donde trabajaba y siempre me había faltado un buen plano para mis dos ruedas urbanas. La idea editorial surgió espontáneamente. Iba a llenar yo mismo el hueco que me faltaba. París, Londres, Berlín tenían sus planos y…, ¿por qué no Madrid? Arriesgamos. Ahora tenemos dos colecciones bici:map y bici:city.
¿Cómo fue su desarrollo?
Largo, porque no teníamos referencias para Madrid y tardamos un año entero en concretar el modus operandi. Tuvimos que inventar todo. El diseño tenía que ser de rápida lectura; estás en la bici y no puedes perder tiempo situándote. El formato: adaptado al manillar y no a una manta para el invierno; la información: sólo para la bici… Y aquí pasamos mucho, mucho tiempo para recopilarla de distintas fuentes y comprobarla luego en la calle. En paralelo, confeccionamos el fondo cartográfico, tan original que tuvimos que dibujarlo nosotros mismos para tener un callejero fiable y sintético. Y, luego, la impresión, la distribución, la promoción…
“El Ayuntamiento de Madrid se quedó a medias: de los 575 kilómetros previstos de carril bici, sólo se realizaron unos 220”
¿Qué dificultades encontrásteis?
Principalmente, la dispersión de la información. Por ejemplo, sacamos la localización de los aparcamientos de bici en un despacho del Ayuntamiento, controlamos los carriles bici realmente realizados a base de golpe de pedal, trazamos las conexiones con la Castellana gracias a Google maps y un par de salidas dominicales, catalogamos las estaciones de Metro adaptadas a la bici gastando tikets de transporte urbano, etc. Pero también nos topamos con el optimismo atrevido de los proyectos sociopolíticos. El Ayuntamiento tenía su plan de desarrollo ciclista (Plan Director de Movilidad Ciclista) y la Comunidad Autónoma de Madrid también (Plan de Vías Ciclistas y Peatonales de la Comunidad de Madrid); los anunciaron a bombo y platillo. Evidentemente, se quedaron a medias, excepto el Anillo Verde Ciclista. De los 575 kilómetros previstos, sólo se realizaron unos 220. Tampoco está mal, pero el problema es que se construyen a cachitos a merced de las vorágines de las inauguraciones preelectorales. Para plasmar las pulsaciones mediáticas en un plano de papel, que tiene que durar un par de años, no es lo más racional.
“Madrid es una ciudad arcaica en el desplazamiento diario”
¿Qué tal ha sido la recepción?
Sorprendente. Desde los primeros momentos tuvimos unos pedidos que no nos esperábamos. ¡Nuestro distribuidor estaba encantado! Una pena que no estuviéramos aún en las redes sociales para apreciar el momento las diversas reacciones; pero las ventas luego nos confirmaron la buena acogida. Incluso 3 años después de su salida, cuando hay más propuestas en Internet, el goteo es continuo. Yo creo que se aprecia nuestro trabajo y nos motiva mucho, sobre todo que ahora pensamos en una reedición, que urge porque llegamos al final del stock.
¿Cuál es vuestra valoración de Madrid para desplazarse en bici?
Madrid es una ciudad arcaica en cuestión de desplazamiento a diario. Millones de coches y una persona en cada uno; un transporte público relativamente bueno pero, ahora, caro; un gremio de taxistas que impide el desarrollo de alternativas más ecológicas y amigables… Todos los ingredientes para que no prospere la bicicleta. Es cierto se han hecho esfuerzos en dos sentidos: en infraestructuras y concienciación, pero no son suficientes. Madrid no está al nivel de Sevilla o Barcelona y menos aún si las comparamos con otras ciudades europeas, pero algo es algo. Iniciativas como Bicicrítica, el blog enbicipormadrid o la Oficina de la Bici del Ayuntamiento tienen un papel muy efectivo. Por ejemplo, las clases de conducción urbana de BiciFindes (de Enbicipormadrid) son muy loables. Pero se necesita más, mucho más. Educación ciclista en la escuela, replanteamiento del transporte urbano donde la bicicleta tendría un papel preponderante (ciclotaxistas, ciclotransporte, zonas 30 y ciclocalles, etc), incentivo de las autoridades… ¿Cuándo veremos a los niños ir al cole en bici y sin dar sustos a los peatones? A eso tenemos que llegar.
¿Tenéis pensado ampliar vuestra idea a otras ciudades?
Sí, es un secreto…
¿Cómo veis la evolución del ciclismo urbano en España?
Lenta, pero la crisis nos puede dar un empujón. Lo bueno es que vemos nacer muchas alternativas para la práctica de la bici en medio urbano: fixies, plegables, eléctricas, vintage, incluso la BMX o la estática. Todo una mercadotecnia de estilo de vida que hace que nos guste exhibir nuestra bici. ¿Y dónde mejor que en la calle? Lo malo es que Madrid debería ser un faro de inspiración para las otras metrópolis y es al revés. Qué agradable es salir del barrio de Triana de Sevilla por carril bici para iniciar la Vía de la Plata (nuestra próxima guía bici:map).