Desde el inicio de su carrera política, Antonio Decaro ha destacado por su apuesta decidida por el medio ambiente. Ha sido uno de los principales defensores de la necesidad de restar espacio público al vehículo privado, ha puesto especial énfasis en la lucha contra la contaminación y, claro está, ha dejado patente su apuesta por el medio de transporte más sostenible que existe: la bicicleta.
Ahora, el alcalde de la ciudad italiana de Bari ha decidido dar un paso más allá en su objetivo de convertir la ciudad en un paraíso de los pedales: pagar a los habitantes que se desplacen en bicicleta en su día a día. Todo, con el objetivo de “duplicar el número de bicicletas en la ciudad”, según sus propias palabras.
1.000 ciudadanos participarán en la prueba piloto
El Ayuntamiento pagará hasta 25 euros al mes a quienes apuesten por la movilidad ciclista. Lo hará inicialmente en una prueba piloto de la que formarán parte 1.000 ciudadanos. Pero no sólo se pagará a aquellos que se desplacen en bici hasta su puesto de trabajo: también al resto. Los primeros, eso sí, se pagarán mejor: los viajes en bici al trabajo se abonarán a 20 céntimos de euro, los de otra índole, a 4 céntimos.
El proyecto, que durará cuatro meses, ha contado con un una subvención de 545.000 euros que procederán del Ministerio italiano de Medio Ambiente. Sus responsables aseguran que se inspiraron en la capital danesa, Copenhague, a la que quieren parecerse. Actualmente, y a pesar del buen clima de la ciudad italiana, los desplazamientos en bicicleta no son habituales, y los habitantes sufren habituales atascos en el centro de la ciudad.
Bari se encuentra en la región de Apulia, en la costa del mar Adriático. Sus 327.000 habitantes la convierten en una de las más pobladas del sur del país. Su buen clima y su envidiable orografía hacen de ella una candidata perfecta para que el ciclismo suponga una revolución que se contagie a otras urbes italianas.