A los ocho años, mucho antes de graduarse en medicina en su ciudad natal, Bhavnagar, Ankur Zalawadia empezó a dibujar. Un pasatiempo más hasta que, en 2011, este hombre de 38 años descubrió Urban Sketchers, una comunidad que reúne a dibujantes de todo el mundo. Sus trabajos, su fluida forma de reflejar la vida a su alrededor, encontraron ahí una forma de internacionalizarse. "Dibujar es como meditar", nos explica ahora Zalawadia, que vende sus dibujos (sobre todo, asegura, los de bicicletas) por hasta 200 dólares, "algo que me proporciona un placer inmenso".
Entre las muchas maravillas de India, son pocos los que conocen Bhavnagar, una ciudad en el centro del país que todavía conserva tesoros arquitectónicos como los templos de Palitana o el estilizado templo de Takhteshwar. Sin embargo, Ankur Zalawadia suele fijarse en rincones más escondidos, en los que suele desembocar, casi por casualidad, dejándose perder mientras pedalea. "Pedaleo unos diez kilómetros diarios", explica. "Con mi bici cruzo la ciudad: exploro calles y barrios y me voy fijando en cosas que me gustaría dibujar. Después, cuando tengo tiempo libre, regreso a esos lugares y los pinto con más calma".
Energía oceánica
Es así como azules, verdes, rojos o amarillos se intercalan, casi con dulzura, en sus cuadros. En ellos son frecuentes las bicicletas: "Cuando era pequeño salía con mi padre y mi hermano pequeño a montar por la naturaleza. Es uno de mis primeros recuerdos, y desde entonces son para mí un símbolo de energía, algo parecido a lo que me provoca el océano". Claramente influenciado por los indios Milind Mulick, Bijay Biswaal o, desde luego, Ramesh Jhawar (otro apasionado de las bicis), en su pintura también resuenan ecos del croata Joseph Zbukvic o el uruguayo Álvaro Castagnet.
"Pedalear en Bhavnagar es arriesgado porque hay mucho tráfico y apenas existe infraestructura ciclista", reconoce Zalawadia, "pero no me importa: la bicicleta me permite hacer ejercicio y conocer mejor mi ciudad". Algo parecido ocurre en casi todo el país: la primera impresión cuando uno aterriza en Bombay, Delhi o Agra es la de encontrarse en mitad del mayor caos de contaminación, ruido y vehículos motorizados imaginable, pero el artista explica que el ciclismo urbano también está creciendo en India. "Las grandes ciudades se están llenando de muchas y muy buenas tiendas de bicicletas", asegura antes de recomendarnos rodar en Pune, no demasiado lejos de Bombay. "Es muy grande, la séptima ciudad de India, pero las principales avenidas y muchas de sus calles tienen carril bici, y el clima más suave que en el resto del país".