Biciclot
6/10
“Valoramos positivamente la legislatura en cuanto a las políticas para la bicicleta: se ha apostado por una movilidad sostenible desde el discurso (defendiendo la necesidad de priorizar las necesidades de los peatones y los vehículos no contaminantes) y desde la acción de gobierno (ampliando la red de carriles bici de manera considerable y desarrollando iniciativas muy necesarias, aunque arriesgadas, como las ‘super islas’ de los barrios de Poble Nou y Sant Antoni). También es remarcable el esfuerzo realizado por desarrollar una normativa que regule el uso de vehículos de movilidad personal y de más de dos ruedas en una ciudad como Barcelona, que cuenta con un uso intensivo del espacio público (sobre todo en las zonas céntricas), y el desarrollo de un protocolo para evitar que los coches contaminantes circulen los días de más contaminación atmosférica. También se ha intentado aprobar en el pleno del Ayuntamiento, sin recibir el apoyo necesario, el proyecto de conexión del tranvía, una mejora del transporte público que sin duda hubiera facilitado la reducción del tráfico rodado de coches particulares.
Por poner algún pero a su acción de gobierno, nos gustaría señalar tres promesas no cumplidas, a nuestro entender, prioritarias: profundizar en los procesos participativos para facilitar la incorporación de la ciudadanía en proyectos como las ‘super islas’, ampliar el trabajo de formación y sensibilización antes de adoptar el enfoque punitivo una vez se prohíba la circulación de bicicletas por las aceras en 2019 y terminar la red de carriles bici accesibles a menos de 300 metros del lugar de residencia”.
Clara Blanchar (El País)
8/10
“Ada Colau llegó a la alcaldía de Barcelona con ambición: se propuso triplicar la red de carriles bici, pasando de 100 a 300 kilómetros. Se quedará en algo menos de 250, pero el salto ha sido brutal. Y le ha costado peleas: con la oposición, con vecinos (han perdido un millar de plazas de aparcamiento cada 30 kilómetros de nuevo carril) y comerciantes. La infraestructura ciclista se ha hecho siempre en calzada (incluso bajando carriles que estaban en aceras), en la mayoría de casos de doble dirección (lo que ha provocado críticas feroces de las entidades) y bien segregada con juanolas. Además se ha mejorado la señalización en las intersecciones para mejorar la seguridad de los ciclistas.
“Pese a las críticas que aseguran que ha faltado valentía, la bici es el medio de transporte que más crece”
Lo que ha sido un derroche monumental ha sido el test de supercruces, cuando se cruzan dos carriles bici: un festival de pintura en el suelo y semáforos desplegado con tan buena intención como con resultados invisibles para los ciclistas que pedaleamos por el camino más recto. Pese a las críticas de entidades que aseguran que ha faltado valentía, el despliegue se ha traducido en que la bici sigue siendo minoritaria (3% de los desplazamientos) pero es de lejos el medio de transporte que más crece (la cuota modal era de solo el 1,3% en 2014)”.