Resulta complicado conocer la realidad de Corea del Norte, considerado el país más hermético de la Tierra. La dictadura comunista liderada por Kim Yong-un es especialmente recelosa en lo que concierne a la vida de sus habitantes y el día a día en sus principales ciudades. Y sin embargo, esta vez una noticia relacionada con la movilidad urbana ha llegado a los medios occidentales.
El régimen ha decidido construir una serie de aceras bici en varios puntos del centro de la capital del país, Pyongyang. El objetivo de su instalación es reducir la creciente conflictividad entre peatones y ciclistas, que tradicionalmente han compartido la acera, dado que no se permite que las bicicletas circulen por la calzada. Las fotografías, publicadas por la agencia Reuters, muestran un pequeño carril bici pintado de color verde en el margen de la acera.
Las bicicletas y los peatones comparten las aceras
En Corea del Norte, pocos son los que pueden permitirse un vehículo a motor, a pesar de que cada vez son más los que pueblan las calles. Es por ello que la bicicleta es el medio de transporte más popular y extendido entre los norcoreanos, a pesar de que tampoco resulta especialmente asequible para el bolsillo.
La capital norcoreana, Pyongyang, es un lugar perfecto para circular en bicicleta por su amable geografía, además de por el escaso tráfico de sus calles y avenidas. Negocios como el de la reparación de bicicletas han crecido de manera significativa en los últimos años en los mercados urbanos que tolera el régimen, y son muchas las mujeres que transportan productos en bicicleta que luego venden en dichos mercados.