Hace apenas unos meses, nos ladraron por la calle para contarnos que Burley había presentado su nueva gama de remolques para mascotas y empezamos a mover la cola como locas. En concreto se presentaban dos gamas diferentes: Bark Ranger, Bark Ranger XL y el Tail Wagon. Burley no es cualquier marca, es una empresa familiar dedicada a esto desde 1978 y eso es mucho tiempo. Cuarenta y cuatro años orientados a fabricar productos ciclistas hacen de la compañía norteamericana unos de los pioneros y necesitábamos probarlos nosotras mismas para no basar nuestras opiniones en fotos ajenas o rumores. Una vez recibida la gran caja de transporte, empecemos el montaje.
Montaje
En este punto, nosotras sólo estuvimos viendo cómo lo montaban mientras nos tumbábamos al lado, pero debemos decir que parecían un pelín ocupados y confusos. Las instrucciones, por lo que decían los humanos, eran algo liosas. El remolque venía prácticamente montado del todo, pero les costó un poco encajar bien las dos barras superiores que le dan forma al carrito. Una vez hecho eso, el resto fue relativamente sencillo salvo porque quisimos morder la banderita roja y nos regañaron un poco.
La instalación y desmontaje de las ruedas se realiza con un sencillísimo "click", al igual que la barra de empuje, por cierto, con un agradabilísimo tacto y sujeción. La barra que une el remolque con el buje trasero de la bicicleta no tiene misterio alguno y lleva el clip de enganche de seguridad clásico, con perno y pasador que lo hacen tremendamente fiable. Las primeras impresiones son fantásticas y estamos deseando subirnos dentro pero aún no nos dejan. Huele a nuevo y nos chifla.
Una vez plegado, el remolque es muy sencillo de almacenar, y cuando uno se acostumbra el proceso exige un minuto.
Lo que sí resulto muy sencillo fue desmontar el remolque. Un par de "clics", sacar las ruedas, quitar el brazo de enganche a la bicicleta y el Burley Bark Ranger queda plegado y compacto en un minuto. Probablemente menos tiempo según le vayas cogiendo en tranquillo, que todo tiene su secreto. Una vez compacto, es sencillo de almacenar. No será molestia alguna en casa cuando lo tengas guardado.
Ligereza y cabeza
"Va sola", decían los humanos cuando terminaron de montarla. "Rueda como si tuviera vida propia", incluso sin nosotras dentro y sin tener la bici enganchada aún. Eso es debido a la sensacional construcción del remolque: un centro de gravedad muy bajo, ruedas de 20 pulgadas y una especial ligereza de los materiales de construcción, chasis y textiles, que encajan a la perfección como no se podía esperar otra cosa del toque premium que desprende Burley en cada producto nuevo que presenta.
De hecho, una de las especiales preocupaciones de la compañía de Oregón son precisamente los materiales. Un alto porcentaje de poliéster reciclado que observamos cada vez en más compañías y fábricas. Lo celebramos, por supuesto, y más si se trata de productos que vamos a usar con nuestras mascotas o niños.
Detalles
Qué bien viene tener un bolsillo a mano siempre, ¿verdad? Burley Bark Ranger los ha distribuido de forma bastante lógica por el remolque para que al humano le resulte sencillo encontrar todas las cosas que necesitamos las mascotas. Las cremalleras se muestran fiables, seguras y de buena calidad y todo es desmontable y lavable sin mucha complejidad, suelo incluido, por supuesto. De todos es sabido que los perros somos adorables, pero lo llenamos todo de pelo, baba y tierra. Es parte de nuestro encanto.
Continuando con los detalles, los remolques están rodeados de catadióptricos y remates reflectantes de alta visibilidad, tanto en las partes frontal y trasera como en ambos laterales. La bandera naranja que tanto nos apetece mordisquear, se acopla de forma bastante intuitiva en su compartimento quedando bien anclada y visible, y, lamentablemente, fuera del alcance de nuestros colmillos.
El remolque está rodeado de elementos reflectantes, y cuenta con una bandera naranja que aporta mayor visibilidad.
Nos hace especial ilusión que cada ventana cuente con una red anti insectos. No sabéis lo insoportable que puede llegar a resultar una avispa que se cuele en nuestro carrito. Y peligroso. En Burley han previsto el remolque con bastantes remates para enganchar o colgar el resto de enseres que puedas necesitar: luces extra, bolsitas de excrementos, correas de paseo, incluso un cazo para el agua o, simplemente, una mochila pequeña con todo dentro. Parecen detalles sin importancia, pero facilitan la vida de las personas y, ya se sabe, estos humanos se ahogan en un vaso de agua. Es mejor ponerles las cosas sencillas y a mano.
El acceso por la parte trasera se hace bastante fácil, aunque la primera vez nos daba un poco de "cosa" saltar dentro. Pero una vez dimos el primer paso, estábamos deseando que el humano empezase a pedalear de una vez.
Freno de estacionamiento
En uno de los lados del remolque se encuentra el freno de estacionamiento. Una palanca roja que se nos antoja algo endeble en los primeros usos, pero que parece que responde a su cometido. Vemos que resulta algo incómoda para el humano si está usando el Burley Bark Ranger como carrito de paseo, ya que ha de dar la vuelta para accionarlo. Pensamos que hubiera sido mejor un freno de pedal en la parte trasera y con un poquito más de solidez, pero es cierto que, resulta a mano cuando estamos usando el remolque con la bicicleta. Al bajarnos de la bici y poner la pata de cabra, el freno de estacionamiento queda perfectamente accesible y lógico para que todo el convoy quede quieto y seguro mientras bajamos para jugar.
Por cierto, que, en un abrir y cerrar de ojos, el humano ha convertido el carrito en caseta y no nos hemos dado ni cuenta. Es de agradecer, porque tenemos donde resguardarnos del sol o de la lluvia estemos donde estemos.
Chulísimo y genial, pero... ¿Cuánto cuesta?
Hay dos versiones del Bark Ranger, el normal y el XL. El primero, algo más pequeño en altura y capacidad para llevar hasta 35kg, tiene un precio que ronda los 650€ y es el que hemos usado para esta prueba. El grande, para mascotas de hasta 45kg, aumenta esa cifra cien euros más llegando a 750€. Puede parecerte un elevado gasto al principio, no lo dudamos, pero realmente vale lo que cuesta. Si analizamos todo lo que este remolque lleva y de qué manera está construido, por no hablar de la manera que tiene de rodar, que parece que vuela y los acabados de lujo, el precio empieza a resultarnos hasta lógico. De cualquier modo, uso, le vas a acabar dando, porque si estás leyendo esto es porque tienes un gran interés en sacar a tus mascotas a pleno campo sin tener que preocuparte mucho por si vamos o no vamos bien ahí atrás.
Por nuestra parte, tienes el visto bueno para comprártelo y empezar a meterle kilómetros a esas ruedas. Nuestras patas necesitan otros parques, más lejanos, desconocidos, queremos meter el hocico en otros rincones, beber de otros ríos, llenar nuestro pelo de otras ramitas diferentes. Sácanos a ver planeta, humano, que el barrio nos lo conocemos de memoria.
Prueba del remolque Burley Bark Ranger(PVP: 649€)
Un remolque premium repleto de detalles y con espacio suficiente para un par de perros pequeños o uno de tamaño considerable. Todo es extraíble y lavable, por supuesto, con numerosos detalles reflectantes y catadióptricos, bolsillos y servicios. Un tres en uno perfecto: carrito de paseo, remolque o caseta, práctico y elegante pero de montaje algo complicado al sacarlo de la caja. Y te lo decimos nosotras, que somos expertas en paseos ciclistas. Firmado: Mía y Valentina.
-
Estética
-
Acabados
-
Ligereza
-
Seguridad
-
Instalación
-
Calidad/ Precio