Suiza quiere ser cada día más ciclista, y las autoridades locales aspiran a que el número de bicicletas rodando en sus calles se dupliquen de aquí a 2025. Por eso Zúrich, la ciudad más poblada del país (y uno de los lugares con más calidad de vida del mundo) ha lanzado la campaña Stadtverkehr 2025, entre cuyas iniciativas destacó la creación, en 2013, de un ‘drive-in’ para ciclistas.
Está en el Rathaus Cafe, un precioso lugar junto al lago de la ciudad, que vio cómo hace un par de años instalaban una serie de “aparcabicis” muy especiales.
Lo curioso del lugar es que el ciclista no tiene ni siquiera que bajarse de su bicicleta para tomar el café. Los aparcamientos tienen una ranura donde introducir la rueda delantera, y encima del manillar se extiende una mesa de madera para apoyar nuestro café.
Tampoco hacen falta sillas: los que acudan con su propia bicicleta pueden tomar su bebida sin bajar de su montura instalados en su sillín. Para terminar de convencer a los ciudadanos de que acudan al lugar, y que lo hagan sobre dos ruedas, todos los clientes ciclistas podían obtener un bono a través de Internet con el que tenían una primera consumición gratuita.