Las bicicletas ya no podrán pasar por las calles de acceso restringido de Zaragoza, salvo si su destino está en una de ellas. De hacerlo, los ciclistas se exponen a una multa de 36 euros,
Es una de las medidas que ha tenido que tomar el Ayuntamiento de Zaragoza para llegar a un acuerdo con la sociedad mercantil Zalesco S.L., que inició un proceso judicial hace seis años contra el Consistorio para prohibir la circulación de bicicletas por espacios peatonales.
Zalesco S.L. inició un proceso judicial contra el Consistorio para prohibir la circulación de bicicletas por espacios peatonales
El último auto el Tribunal Superior de Justicia de Aragón obliga al Ayuntamiento de la capital aragonesa a retirar las señales que permitían la entrada a pedales. Se trata del último capítulo de un largo proceso judicial que arrancó en 2012 y que supuso la supresión de 10 artículos de la ordenanza de circulación de peatones y ciclistas prohibiendo prohibió circular por aceras y zonas peatonales. Posteriormente, en 2015, el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó un listado provisional de 214 calles restringidas al tráfico por las que sí podrían circular las bicicletas, pero también acabó en los tribunales, que no le dieron la razón al Consistorio.
“Fomentar” la movilidad sostenible
A pesar de haber llegado a un acuerdo con la empresa demandante, la postura del Ayuntamiento de Zaragoza sigue siendo la de “mantener la situación tal y como estaba hasta el día de hoy, porque se está hablando de potenciar el uso de un medio de transporte que es menos contaminante que fomenta un modelo de movilidad más sostenible”, ha declarado la concejala de Movilidad y Medio Ambiente, Teresa Artigas.
En ese sentido, Artigas ha apelado a la necesidad de poner en marcha “políticas serias y avanzadas” en promoción de la movilidad ciclista y peatonal para adaptar la realidad social de la bicicleta.
Por su parte, el colectivo Acera Peatonal ha celebrado la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Aragón. En una nota de prensa, señala que defienden “la coexistencia pacífica de los intereses de los peatones y de los usuarios de bicis, debiéndose optar en caso de conflicto objetivo por la parte más frágil”. Por otro lado, Acera Peatonal mantiene sus reivindicaciones y propuestas de 2015 que pasan por no permitir la circulación dde ciclistas en calles peatonales ni en plazas, pero sí en aquellas calles de tráfico restringido que tengan “diferencia entre acera y calzada tanto cromáticamente como podo-táctilmente, con la debida señalización”.