Que para ser mecánico de bicicletas hace falta fuerza y habilidad, lo sabemos todos. Pero de ahí a que uno de esos mecánicos pueda llegar a lo más alto en el mundo del boxeo… hay un mundo. Eso es lo que ha conseguido el boxeador colombiano Yuberjén Martínez, una de las sensaciones de los Juegos Olímpicos de Río 2016 y, hasta hace bien poco, encargado de arreglar bicicletas en una barriada de Chigorodó, en la región de Urabá.
Tras vencer al campeó del mundo, Joahnys Argilagos, y plantarse en la final, Yuberjén Martínez desató la locura entre todos los aficionados al boxeo de Colombia. El menudo púgil, de 24 años y 49 kilos, se aseguraba la primera medalla para un boxeador colombiano desde que en Seúl 88 Jorge Julio Rocha consiguiera la de bronce. Y aunque finalmente Yuberjén cayó frente al uzbeko Hasanboy Dustanov, había motivos para sentirse orgulloso. No en vano, por el camino había dejado a grandes nombres como el local Patrick Lourenco, el medallista mundial filipino Rogen London o el español Samuel Carmona, además del citado y favorito Argilagos.
Cuestión de fe
La historia de Yuberjén Martínez es la de muchos jóvenes que encuentran en el boxeo una vía de escape a una juventud difícil. Nació en una casa pobre y de niño se dedicó a** elaborar pequeños objetos de **artesanía, así como a vender turrones de coco, antes de encontrar trabajo como mecánico de bicicletas. En alguna ocasión, el joven boxeador ha contado cómo su padre, profundamente religioso, no entendía que su profesión consistiese en golpear al prójimo, algo por lo que Yuberjén acostumbra a pedir perdón a Dios tras cada combate.
El camino hasta el ring, y en consecuencia hasta la medalla, no ha sido nada fácil. Hasta 2013 no entró a formar parte del equipo nacional de Colombia, y apenas contó con apoyos para llegar a Río. Su preparación fue fundamentalmente casera, basada en los conocimientos que adquirió de la mano del entrenador cubano Rafael Iznaga.
Ahora, ya con la medalla de plata en el bolsillo, Yuberjén tiene claro qué va a hacer con los 30.000 euros que ha recibido por la medalla de plata. “Voy a comprarle una casa a mi madre”, declaró a los medios de comunicación. Lo hizo tras haber recordado varias veces durante los Juegos que en su tierra hay “mucha gente con talento que sólo necesita una oportunidad”.