“¿Hoy vienes con hambre? No te preocupes: te voy a poner un plato de frijoles con arroz y picadillo habanero que te vas a quedar bien. Seguro”. La que habla no es mi madre, sino Pilar, cocinera de Viva Chapata (Ave María, 43, junto a la popular plaza de Lavapiés). Por los altavoces suena, a volumen suave, Impossible Germany, una de mis canciones favoritas de Wilco. Y a mi lado, Maru, la cariñosa perra del dueño, Juan Carlos, me saluda efusivamente. Me siento como en casa.
“Aquí nadie se deja nada en el plato”, asegura orgulloso Juan Carlos sentado en la terraza del local. “Procuramos tener ingredientes de calidad y hacer las cosas con cariño, para que la gente disfrute. Y sobre todo, que haya buena energía”. Los clientes captan esa buena energía y, efectivamente, disfrutan y repiten. “Cada vez más gente valora la buena calidad y la atención, frente a la oferta cada vez mayor de cadenas de restaurantes low cost que hay en las ciudades”, apunta Juan Carlos.
“Aquí nadie se deja nada en el plato: procuramos tener ingredientes de calidad y hacer las cosas con cariño”
Cada pocos segundos alguien se detiene a saludar a Juan Carlos. Al fin y al cabo, es un tipo popular en el barrio.“Abrí Viva Chapata hace casi 16 años”, recuerda. “Llevaba otros 14 años con mi hermano en el Travelling (local emblemático de la noche madrileña, a un par de calles de distancia) y me apetecía hacer algo diferente y un poco más útil, como dar de comer a la gente”. Eran otros tiempos. “Lavapiés era un barrio mucho más degradado que ahora. Un barrio difícil”.
Opciones para todos
Una de las señas de identidad de Viva Chapata, además de sus característicos bocadillos, es el hecho de ofrecer en su carta platos vegetarianos, veganos y tradicionales (con carne). Eso lo ha convertido en un punto de referencia, casi de peregrinación, para la creciente comunidad de personas que han decidido eliminar los productos animales de su dieta.
“Sostenibilidad, respeto… Me identifico con la energía de Ciclosfera y la de toda la gente del mundo de la bicicleta”
“Vienen muchos veganos y vegetarianos”, reconoce Juan Carlos. A ello ayuda la ubicación, a pocos metros, de la popular tienda Planeta Vegano, con cuyos dueños mantiene una gran sintonía. “Hace años los veganos eran una minoría muy, muy pequeña. Hoy cada vez hay más, y muchos vienen a probar platos como la tortilla vegana o la natacha vegana, la adaptación de nuestro bocadillo más popular”.
Bocatas, cervezas… y Ciclosfera
Desde hace unos meses, Viva Chapata se ha convertido en distribuidor oficial de Ciclosfera, algo que nos llena de orgullo: no sólo en tiendas de bici podrás encontrar la revista, sino también en pequeñas tabernas como esta, en cuyas mesas Juan Carlos ha ubicado varios ejemplares de la revista para que sus clientes la disfruten mientras comen o tomen una cerveza. “Decidí involucrarme en este proyecto porque me da muy buenas vibraciones”, explica Juan Carlos. “Me gusta la energía de Ciclosfera y la de toda la gente del mundo de la bicicleta: la sostenibilidad, el respeto y toda la filosofía de la comunidad ciclista es algo con lo que me siento muy identificado”.