2.500 kilómetros, seis países y once días pedaleando sin apenas descanso. Andrés Turienzo, Piru, se ha convertido en un héroe para los 362 empleados de la empresa Vestas, la multinacional danesa de energía eólica cuyo cierre amenaza con dejar en la calle a los trabajadores de su fábrica en Villadangos del Páramo (León).
Desde allí, Piru partió hacia la ciudad danesa de Aarhus para hacer entrega al jefe de operaciones de Vestas, Jean-Marc Lechene, una carta en la que cuentan su indignación ante el posible cierre, los buenos resultados de la planta y el daño que supondría su cierre para cientos de familias.
Lechene recogió la carta en persona e invitó a las oficinas a Piru y a los tres compañeros que lo han acompañado durante su viaje siguiéndolo en caravana. Todos ellos agradecieron el detalle y calificaron el momento de “emotivo” ante una situación “muy, muy difícil”.
“Malas noticias”
“La persona que nos recibió o era el mejor actor del mundo o yo creo que sí que tenía corazón, a diferencia de otras personas que han dirigido esta fábrica”, declaró Piru. “Se lo ha tomado como un acto increíble por parte de un grupo de trabajadores que luchan por salvar sus puestos de trabajo, algo que para ellos representa mucho”. Pese a todo, la esperanza de un cambio de dirección de los acontecimientos se devanece poco a poco. “Buenas noticias no nos dieron”, lamentó el trabajador. “Creo que ya está todo escrito”.
Tras su odisea, Piru ha regresado a la planta de Vestas en León, donde ha sido recibido como un héroe por sus compañeros al grito de “Vestas no se cierra”. Tras ello, les dirigió un sentido discurso: “Espero que podamos seguir siendo compañeros, pero si no es posible, sabed que me guardo una parte de vosotros y espero que os llevéis una de mí también. No os olvidéis que gracias a vosotros hemos hecho esto posible”, declaró Piru entre los aplausos de sus compañeros.