Medellín, la segunda ciudad de Colombia está cambiando a ritmo vertiginoso. En los últimos años, la ciudad colombiana vive una revolución ciudadana que, como es lógico, también toca todo lo que tiene que ver con la movilidad y, por supuesto, con el ciclismo urbano.
Entre las últimas acciones desarrolladas por el Ayuntamiento local destacan los proyectos denominados urbanismo táctico, con los que se pretende señalar las principales necesidades en materia de movilidad: mejorar la señalización, controlar los aparcamientos irregulares y en líneas generales, humanizar la ciudad.
“Queremos crear un modelo de movilidad sostenible con una base muy importante: la empatía y la corresponsabilidad”, señala Juan Camilo González Gómez, gerente de movilidad humana. “Desde 2016 hemos puesto en marcha estas intervenciones que reconocen al peatón como eje fundamental de la movilidad. Debemos trabajar en que todos los actores de la ciudad, desde el peatón hasta el vehículo privado, puedan convivir y encontrarse en el espacio público sin vulnerar los derechos del resto”.
“Medellín tiene los mismos problemas que cualquier otra ciudad que fue pensada para el vehículo privado, y en la que todas las políticas han girado en torno a este durante las últimas décadas. Hay puntos críticos por toda la ciudad, per hemos identificado alrededor de 30 de ellos en los que el peatón es vulnerado y se produce una alta accidentalidad, y es en los que estamos actuando de manera más urgente”.
“En la Semana de la Movilidad Humana y Sostenible las personas pueden participar y recoger conocimientos de otras partes del mundo”
Todas estas intervenciones tienen su punto de encuentro en la Semana de la Movilidad Humana y Sostenible, que tiene lugar estos días en Medellín, y en la que está presente Ciclosfera. “Es un espacio en el que recogemos todo lo que se hace no sólo en la ciudad, sino también en otros lugares. Para nosotros es una semana no académica sino experiencial, en la que las personas pueden participar y recoger conocimientos de otras partes del mundo para luego llevarlas a sus territorios. Le preguntamos a la gente cómo cree que puede mejorar su barrio y empoderarse para que sean ellos mismos los que tomen las decisiones”.
En cuanto al momento que vive el ciclismo urbano, González Gómez apunta: “Venimos de un proceso, durante los últimos cinco o seis años, ha habido un gran boom de la movilidad ciclista en la ciudad. Estamos ante un reto importante, porque hasta hace poco la bicicleta se entendía como un deporte, y no como un medio de transporte. Hemos conseguido avanzar bastante respecto a la convivencia, pero el ciclista urbano aún se encuentra con muchos obstáculos”.