De vez en cuando recibo mensajes procedentes de amigos con noticias curiosas, en torno a la bici, con las que se han cruzado en las redes. Siempre se lo agradezco, aunque buena parte son temas que ya hemos tratado en Ciclosfera, a veces hace muchos años. Es lo que tiene llevar casi una década de proyecto con casi cinco mil reportajes solo en la página web.
Muchas otras veces, sin embargo, me aportan información novedosa, descubriéndome temas interesantes que nos llevan, en cuanto podemos, a indagar. Muchas veces son reportajes o entrevistas realmente atractivos, y entonces hay dos opciones: o comprobar que ya está todo dicho sobre el tema, y que como mucho lo podremos compartir a través de Twitter, o pensar que hay todavía cosas que añadir, por lo que nos ponemos en marcha e intentamos aportar más información.
Una web de tecnología publicaba, la semana pasada, un presunto reportaje sobre bicicletas eléctricas que "aceleraban sin control"
Pero hay otras veces en las que, al indagar, uno se lleva una gran decepción. Es lo que nos ocurrió el pasado jueves cuando recibí un enlace con el siguiente titular: 'Una marca de bicicletas eléctricas retira un modelo porque un fallo de firmware lo hacía acelerar sin control'. La noticia, ilustrada con una fotografía de una Brompton, estaba publicada en Gizmodo, web de noticias en torno a “la tecnología, la ciencia y la cultura digital”, fundada en 2002 en Estados Unidos y que, desde hace años, cuenta con una versión en español.
Había visitado en alguna ocasión Gizmodo y, aunque no sepa demasiado de ella, la consideraba relativamente fiable. Por eso, y por el vínculo de la noticia con el ciclismo urbano, me lancé a leer el texto, firmado por Carlos Zahumenszky y que hacía referencia a un problema de la Brompton eléctrica, la versión con asistencia al pedaleo de la célebre plegable.
Si bien ya el primer párrafo, en el que se habla de "coches voladores y bicis que aceleran solas", me pareció poco serio, fue en el segundo párrafo cuando descubrí las principales perlas. "La marca (Brompton) no es especialmente conocida fuera de Estados Unidos (sic), pero es un ejemplo de lo que ocurre cuando tratamos de complicar algo como una bicicleta que quizá, solo quizá ( y aquí estoy dando mi humilde opinión) no necesita tantas complicaciones". Bueno, Zahumenszky… Efectivamente, tu opinión es humilde, más por desconocimiento que por otra cosa. Porque definir Brompton como "una marca no especialmente conocida fuera de Estados Unidos" denota no tener ni idea de lo que estás escribiendo: la marca británica es la fabricante de bicicletas plegables más conocida y prestigiosa del mundo. Pero, además, definir una bicicleta eléctrica como una bicicleta "que no necesita tantas complicaciones" te aleja bastante de la realidad, sobre todo como periodista tecnológico. Porque las e-bikes, en general, son máquinas relativamente sencillas, sobre todo comparadas con otras que usamos a diario, como un teléfono móvil o un ordenador, y tampoco son una innovación caprichosa o frívola sino los vehículos eléctricos más vendidos en Europa, herramientas que llevan más de una década en el mercado y que están llamados a revolucionar (y mejorar) la movilidad urbana en el mundo.
Brompton no ha retirado ningún modelo, sino que ha llamado a revisión unos cientos de unidades por un problema menor.
El texto no se extiende mucho más: quizá no haga falta porque su probable objetivo, sumar clics, ya se ha logrado gracias al titular engañoso. Pero no... Brompton no ha retirado ningún modelo, sino que ha llamado a revisión a unos cientos de unidades por un problema menor (solo ha ocurrido una vez, y no provocó ninguna lesión ni accidentes). Es más: la noticia ni siquiera es nueva (es probable que Gizmodo la haya “extraído” de algún otro medio, como Slashgear o The Verge), sino que data de hace casi dos meses.
Porque eso es por lo que optamos en Ciclosfera: si hay un problema con la Brompton eléctrica… ¿no es razonable, antes que nada, preguntarle a la propia marca? Dicho y hecho. Y hemos sabido que, el 1 de marzo, la dirección de Brompton en Londres notificó a todos sus responsables de comunicación internacionales un texto en el que informaba del problema, consistente en el Firmware de la bicicleta y que, aunque entrañaba un “riesgo bajo”, hacía necesario actualizar “los modelos que se fabricaron o cuyo Firmware se actualizó entre mayo de 2020 y febrero de 2021”.
Como explicaba ese 1 de marzo la propia Brompton, el problema es el siguiente: "En determinadas circunstancias, si se produce un fallo en el sistema, existe una mínima posibilidad de que el sistema eléctrico siga prestando asistencia al motor, lo que hace continuar el impulso hacia adelante aunque el ciclista no esté pedaleando activamente. El riesgo de que se produzca un accidente es muy bajo; tan solo se ha informado de una avería, que no provocó lesiones ni accidentes. Aunque el peligro de accidente es mínimo, hemos puesto en marcha un programa para reparar todas las bicicletas afectadas y actualizar el Firmware a la versión 1-2-10-2, de forma gratuita para todos los clientes afectados hasta el 1 de septiembre de 2021". El 3 de marzo se envió desde Brompton un mail a todos sus usuarios, mail que volvió a enviarse el día siguiente, jueves 4 de marzo, informando del problema.
Brompton también creó una página en la que se ofrece toda la información a los usuarios, tanto para que sepan si su bicicleta está o no afectada como, en el caso de que así sea, con las instrucciones para solucionarlo, proceso que, como nos explica un distribuidor, exige unos diez minutos. Es más: la marca no solo paga media hora de servicio de taller a los distribuidores que se ocupen de la reparación, sino que también regala a estos usuarios afectados un bono de 25€ para adquirir accesorios.
Esta es la historia: del "una marca de bicicletas eléctricas retira un modelo porque un fallo de firmware lo hacía acelerar sin control", que sugiere la existencia de hordas de ciclistas en peligro de muerte a lomos de bicicletas desbocadas, a una única avería que exige diez minutos de taller. La realidad, a salvo que seas uno de los afectados, no es noticia; la historia sugerida por el titular, sí. Y un ejemplo más de lo cierto de ese celebre aforismo sobre el (mal) periodismo, “No dejes que la realidad te estropee un buen titular”, que unos atribuyen a Mark Twain, otros a la magistral película Primera plana de Billy Wilder y los menos a La Pícara soltera, otra divertida comedia en torno a despiadados medios de comunicación.
P.D.: Ah, por cierto... Brompton no es anunciante ahora mismo de Ciclosfera ni, por supuesto, hemos recibido ningún tipo de aliciente económico o similar por escribir este artículo. No, no tenemos un interés particular en defender a esta marca de los bulos. Lo que queremos es, eso sí, proteger dos cosas que nos importan mucho: el ciclismo (urbano en particular) y, por supuesto, el buen periodismo.